martes, 23 de agosto de 2016

Pro libertate canes

Bruna, la activista

Bruna es una labradora, ejem. Me recuerda muchísimo a la imagen que tengo en la cabeza de esas mujeres de principio del S. XX y mediados del S. XIX, que con sus pancartas y reivindicaciones, no dudaban en ponerse en riesgo con tal de defender sus derechos y salir a la calle en defensa de sus ideas, realizando acciones inéditas, sorprendiendo a la mayoría de la gente y mosqueando al afectado. Yo, en este caso.
 
Es más, si le admirara por ello, la hubiese puesto, en la gran película Novecento (sin censura, claro), de protagonista y compañera inseparable de Olmo Dalcò.
 
 
¿Por qué digo ésto? Escuchad atentamente esta soflama en la que condeno sus actos.
 Bruna ha conocido a Crispis, a Simón, a Lucas y a Krispys. A todos ellos. Una perra noble, tranquila, amistosa, que con sus lametones me lava la ropa. Se porta  y se ha portado siempre noblemente con mis pekeños, esperando el momento de actuar. De reivindicar el derecho a la libertad de MIS perritos. Sólo los míos
 
Además, tiene un compinche. Un tipo que se muestra agradable conmigo y me da conversación a la vez que logra desviar mi atención de lo que están haciendo los perros. Siempre consigue distraerme, el muy canalla.
 
Se llama Rafa, alto, atractivo, agradable a la vista y al tacto, al que conocí allá por 1990-91 en rehabilitación, compartiendo jaula y Fisioterapeuta. También por accidente de moto. Más tarde, para mi desgracia, lo reencontré en Barañain, cerquita de casa y, como tiene perro, coincidimos de vez en cuando. Ahí está, con su lado oscuro, Fran Vader, grrr...
 
Mientras yo, confiado, estoy atento a la conversación (estos últimos años más atento todavía), ¿qué hace Bruna? ¿A qué se dedica?
Debe estar aleccionada o tiene un sexto sentido estropeado, ya que su idea, que pone rápidamente en acción, es liberar a mis yorkis. ¿Cómo lo hace? Aprovechando que habitualmente la correa que utilizo es de esas de una cuerdita delgada, la muerde sin compasión y me la rompe de un mordisco. Así de fácil. Más vale que son obedientes y su mayor acto libertad consiste en permanecer a mi lado. Y no perdonan ocasión, los muy taimados, Bruna y Rafa.. Haga calor o frío. Si llueve no, claro.
 
Como ha corrido la voz de lo que sucede, algo de lo yo me he encargado, ahora lo tiene más difícil, ya que en cuanto aparecen, se da la voz de alarma  y todos, rápida y hábilmente, soltamos a nuestros perros. Bruna busca a quien liberar, activista impenitente, pero se tiene que ir con las ganas. A Krispys no lo veréis ya que en cuanto se le suelta, va detrás de cualquier pelota que bote por allí.
 
En fin, que hay que andar con cuidado ya que me he dejado más dinero en correas que en multas (ningún en 19 años, ¡milagro!). Así que ya lo sabéis:
 
Bruna, pro libertate canes Chumari


2 comentarios:

  1. Debe tener vínculos genealógicos con Martín Luther King...cuando menos por el color :-))

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  2. Podría ser, podría ser... Lo pensaré

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