martes, 3 de julio de 2018

¿Krispys es Krispys?

Dr. Jeckill y Mr. Hide
 
 


Demasiado tiempo ha pasado ya desde que Krispys publicó la última entrada en el blog. No volverá a suceder. No me suplantará más.

- Eso dijiste la última vez. (dice Krispys)
- ¡Calla, calla y no me hagas enfadar! (Le bramo)
- Ya está. Siempre con buenas razones para hacerme callar.
- Que te calles, que te la estás ganando...
Mmmmmmmm

Precisamente esta es una de las cosas que quiero comentar, con el fin de que todos os enteréis de los cambios que se están produciendo en mi vida con Krispys. Siempre tan modosito y callado; cariñoso y juguetón; atento a que moviera una ceja para venir corriendo con la pelota o con lo que hiciera falta... Ése era Krispys.

Ahora tengo una alimaña capaz de despertarme a las 5 de la mañana, con carita de no haber roto un plato, mientras descubro que sobre mí tengo la pelota, un muñeco, el hueso de cuero de buey y cualquier cosa imaginable. O inimaginable. Y qué remedio: despierto y entretenido hasta que se aburre el caballero. Después me abandona para irse alegremente a dormir;  yo, a regresar a la cama o a taparme con la sábana (depende) y, por supuesto, completamente despejado para no pegar ojo en el resto de la noche.

Pero esto no es lo peor. No es lo peor, no, nooooooo... Lo peor es que desde hace unas cuantas fechas está intentando hacerse con el dominio de la casa y del vehículo, además de controlar mi escasa vida. Cuando estamos en el hogary le voy a colocar el arnés para salir a la calle, rápidamente se da media vuelta intentando desaparecer, situación que no favorece una buena disposición mía para que me acompañe. Si bajamos al garaje a coger el coche, tengo que correr detrás suya hasta que lo pillo y le meto por las orejas al vehículo. Y para salir del TestaCorsa ladra ladra ladra y da 47 vueltas o más por el asiento, volviéndome loco loco loco loco loco loco loco loco loco. Hasta que al final sale por supuesto.  

Además, hay que verle cómo permanece quietito, con las orejas un poco bajadas, mientras le llamo y me voy acercando para engancharle. Aguanta firme, el muy bandido. Sabe que está haciendo mal y le está cayendo una bronca, pero ahí está, como buen terrier, soportando la tormenta y saliéndose con la suya.
!Orgulloso y todo¡ Que pasa de mí, ¡vamos!
En casa de mi madre, cuando llega la hora de marcharnos, tampoco viene conmigo, como hasta hace unos meses hacía, sino que se da media vuelta y se acurruca junto a mi hermana como sea. El muy traidor y sinvergüenza. Comienza a poner en práctica  buenos trucos.
 

También sigue habiendo buenos momentos, como cuando empieza a lamerme las piernas, el brazo y la frente con mucha fruición e incansablemente. No le importa que con este calor vaya  sudando un poquito. Enseguida adiviné lo que quería decirme con esa amorosa acción: "¡Qué salao eres!"  Si en el fondo me quiere con locura. Ainssssss...!!!!
Ya veremos cómo seguimos durante estos meses nuestra difícil relación actual. No obstante, creo que hay cosas que lo ayudarán a comprender que tiene que quererme mucho, adorarme, a confiar en mí y no hacerme rabiar: los truenos de las tormentas, los petardos y sobre todo sobre todo, la cantidad de críos con sus juguetes que pululan por todos lados, a los cuales tiene un pánico irracional 😂😂😂😂