Y Krispys la disfruta
Nieve y frío, frío y nieve. Y con lo poco que le gusta el agua. Pero no: Después de na mañana ladrando amenazador a la nieve y las bolas y muñecos que dejaban los críos, después, encantado. Y cómo se tiraba a morder a los copos que caían. (Que conste que el muñeco lo hizo mi hermana con su hijo en Noain)
Volvimos ya de noche, con un manto más bien uniforme, o casi, y tras unos pasos cautelosos, corrió y corrió en círculos como sólo los cachorritos saben hacerlo. Dejó sus huellas en un trotar imparable. No puedo poner ningún vídeo porque la luz y mi pulso no dan para tanto, pero se mostró incansable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario