lunes, 14 de marzo de 2016

Cuando nieva mucho...

...¡Se lo pasa en grande!
Hoy ha vuelto a nevar.. No lo esperábamos. Lo que a mediodía ha pasado de ser un poco de agua nieve a unos copos grandecitos pero húmedos, no nos ha dado pie a presagiar lo que se nos venía encima (que tampoco ha sido para tanto, que todo hay que decirlo)
 
Y ya después de la siesta, del peke, no de la mía, han comenzado a caer unos grandes copos con rachas de tormenta que nos han dejado un paisaje bastante blanco, al menos en las zonas donde crecen la hierba, los cereales, los arbolitos. Nieve dura, aunque bastante seca y frágil.
 
 

Recordaba lo cabezón que se puso Krispys el año pasado con la nieve, que no le gustó mucho. Pero conociéndole, lo he bajado, abrigadito, y con la esperanza de pasar un ratito agradable. Ratito que al final ha devenido en más que un rato largo, disfrutando todos de la nieve. Krispys más rato, aunque sea con la naricita helada.

 
Nos hemos encontrado y compartido alegres con Kira y Laura. Más tarde Ana y Hada se han pasado un momentito. Sira y Ana tambien, con su agradable compañía, nos han acompañado un rato. A Krispys no le ha hecho mucha gracia, porque si él es movido, Sira lo es más. Y más grande.
 
Así que Kira y Krispys han correteado juntos, aunque Kira estaba atada /es pequeñita y no queremos sustos). Sin embargo, El korrikolari se ha destacado y zambullido en la nieve, revolcándose, arrastrándose, una y otra vez, una y otra vez. Como aquél día que se revolcaba en la arena de la playa. Más vale que llevaba un traje impermeable del todo y bien forrado, y la visera que han ido heredando uno tras otro sus antecesores.
 
También ha tenido tiempo para dar la lata una y otra vez a un padre que intentaba hacer un muñeco de nieve con su hijo, de 3 ó 4 años. Voy y vuelvo, empujo al muñeco; yo, detrás aullando; algún bolazo de nieve se ha llevado, pues el chaval tenía buen tino e iniciativa, hasta que por fin nos hemos alejado un poquito más.

Y ya cuando nos íbamos, Oscar le ha llamado, desde lejos; le hemos acompañado a esperar a Ana, y se han marchado los dos a dar un paseo. Nosotros, Krispys y yo, hemos vuelto a casa, donde ha disfrutado de nuevo con la toalla y el secador.
 
Ahora está ahí tirado, pues me respeta cuando estoy detrás del pc. Pero en cuanto, me mueva, otra vez, entre bocado y bocado de cena, a jugar con la dichosa pelotita, o con el peluche que elija.
 
Mañana... mañana veremos. ¿Nevará más esta noche? No lo sé. Pero lo que sí sé es que está helando, y eso no me gusta nada, nada, nada.