sábado, 28 de febrero de 2015

La lluvia...

... y los OVDIS


Menudo tiempecito. Cuando no llueve, diluvia. Tenemos que estar vigilantes, y aprovechar los momentos en que el aguacero es más débil para salir a trastear un poco y reírme un montón.

Huyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy..!!! ¡Ahora caigo!: Tenía que haber sacado una foto del sujetador rosa (una 90 parecía) que he encontrado tirado en el césped y hábilmente he colgado de una rama. Es que hay vecinos por aquí de lo más variado, y de lo más guarro también, porque en cuestiones de sexo, se ve que alguno o alguna tiene jarana los viernes e inevitablemente arroja el Durex por la ventana. Y el otro, huesos, pan para las palomas y al que van estos 4 patas peludos, y mil cosas más.

Y no me hace gracia, y menos tras la muerte de Lucas. Así que he intentado, inútilmente, desde el primer día, que ni se acerque (esto es más difícil pues todos son unos curiosones impenitentes) y mucho menos que les pase la lengua, y mucho menos aún que coma. Y hay que verme intentar correr detrás suya, y partirse de risa con el espectáculo.

Y aquí comenzó ayer a entrar en juego el recurso del OVDI (Objeto Volador Debidamente Identificado), que tan buenos resultados me dio con Crispis (una vez le acerté, sin querer, en el cogote y... oye, mano de santo) y más que discretos con Simón y Lucas.
O.V.D.I.
Os juro que es de color negro. Pues este es el OVDI que ha comenzado a volar y aterrizar en las cercanías de Krispys cuando se acerca con culinarias intenciones a todos estos restos, comestibles o no. De momento funciona las más de las veces, y en ocasiones la simple amenaza de verlo en alto le detiene.

Miedo me da cuando perciba que "no tengo puntería" y sale indemne, no sea que me de por "fallar" y acertarle en la testa para que aprenda de una vez, grrrrr... Es bromaaaaaaaaaaaa, pero...

A esperar un ratito. Dentro de poco terminara su siesta, jugaremos y pasearemos. Y, al regresar, sesión de secador. Y le gusta, al muy ladino.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Llueve, llueve...

... y sigue lloviendo.

Menuda temporadita: Lluvia, nieve, hielo, viento, frío... menos mal que la niebla no ha aparecido, brrr...
Me podéis decir que es invierno. Claro, por supuesto, pero un poquito de sol de vez en cuando también se agradecería, en lugar de ríos desbordados.

Este tiempo está limitando todavía más nuestras salidas, tanto en duración como en distancia. Aunque lo cierto es que creía que Krispys iba a estar más afectado. Pero no, parece que no le importa mucho. Lleva su abriguito, muy impermeable, todo sea dicho, y la veterana visera de "All Stars, Oficial League". Muy protegido de ese dichoso aguacero.
Yo no puedo decir lo mismo, ya que estoy más que harto: Desde que empiezo a preparar nuestra salida de casa hasta que acabo de prepararme, ya me he cansado; sin embargo, Krispys tiene una paciencia infinita. Me da la impresión de que en su pensamiento me ve empapado, enojado y caído de "espaldas" en un charco repugnante, y se parte de risa, aunque lo disimula muy bien.

Así que a mí no me cabe otra que resignarme y pasear con una sonrisa de oreja a oreja, vigilando posibles resbalones y que no se acerque a comer los variados restos de comida que unos vecinos de por aquí arrojan con descaro por la ventana.

Así que... ¡a disfrutar! (aaaagggh)



sábado, 21 de febrero de 2015

La patita, la patita:

¡Que cojeoooo...!

Ayer noche me dio un susto. Cuando venía el peke a ver la tv, llegaba cojeando de su manita derecha. Lo primero que pensé es que se había tirado en plancha desde la cama. Así que rápidamente lo tomé en brazos y no tan rápidamente conseguí ponerle patas arriba, y más o menos resignado.

Un rápido y superficial examen de uñas, espolón y almohadillas no le hizo reaccionar, así que ya comencé a repasarlos de nuevo con calma, y también articulaciones, musculitos..  pero nada, no se quejaba en absoluto. Seguía cojeando pero ya me quedé tranquilo: Si no ha reaccionado mal, buena señal.

Cojo, pero no le impidió venir con el pez en la boca y pedir guerra, dar saltos, etc, etc, etc. A lo mejor se estaba pitorreando de mí, imitándome. Vete a saber.

Esta mañana cojeaba un poquito pero una vez en la calle, se le ha pasado en un momento, y ya está bien. 

¡Es que estos sustos no se pueden dar un fin de semana, Krispys!

¿Se parecen?









viernes, 20 de febrero de 2015

Le cayó un broncazo

Y no estoy contento conmigo, no.

Ayer, jueves, como viene siendo habitual, a la tarde salimos para estar con Maite y su madre. También estaba mi inseparable (o casi) Mª Antonia. Mientras charlábamos de tonterías y de esas otras cosas que el azar dispone para los perreros, Krispys y Maite se lo pasaban en grande, pelota va, pelota viene.

Incansables, durante mucho rato estuvieron divirtiéndose hasta que llegó la hora de despedirse. Creo recordar que la cháchara vecinal se extendió un poco más, incluso otras personas y animales nos animaron con su conversación y carreras.

Hacía muuuuuuuucho frio y humedad. Normal, es invierno y Barañain. Krispys y yo nos quedamos un rato más ya que durante esa hora larga no tuvo la oportunidad de levantar la patita ni una vez. Y vuelta arriba, vuelta abajo... con pobres resultados.

Continuamos paseando pero había que volver a casa ya que no tenía una de mis mejores tardes. Y así lo hicimos.

Una vez en casa, mientras me cambiaba, el peke se fue, como siempre, a beber agua y escoger un juguete con la intención de seguir jugando juntos. Sin embargo al asomarme al salón, allí estaba.
En medio. Ni se había molestado en acercarse al periódico de "reserva" que todavía está allí. Me puse tremendamente furioso y le solté un berrido propio de los Neanderthales que, si llega a estar la puerta abierta, todavía estaríamos corriendo. El pobre agachó las orejas y se fue enseguida a su rincón de castigo, asustado. Creo que nunca me había visto así.
No me justifico, pero la verdad es que el dolor que tenía en el brazo lo podríamos calificar de algo más que grave, y estaba bastante alterado. Pero también es verdad que el peke podía haber sido más diligente en la plaza.

Ya no se me ocurren muchas cosas. Doy por hecho que más pronto que tarde se controlará y se olvidará de la casa para miccionar. Mientras tanto, voy a poner en práctica un consejo que me han dado para que haga las cosas en su sitio en nuestra casa:







miércoles, 18 de febrero de 2015

Classic Looney Tunes

Defenestrado, por orgulloso
No te fastidia, el peke. Nos hemos quedado sin una fuente de ingresos. Como se veía tan wapo en la Warner, en las pruebas para los niños no le ha dado la gana de posar sonriendo; así que no ha habido nada que hacer: Descartado para que no les de miedo con esa bocaza abierta.

Es lo que tiene Krispys y muchos de sus congéneres de raza: Ese deje orgulloso e insolente que te muestran cuando les llevas la contraria o simplemente no accedes a uno de sus deseos, peluche en boca.

También tiene razón: ¿Por qué me tiene que aguantar sólo cuando me apetece, muchas veces importunándole durante un sueño placentero? Si me pongo en su lugar, rebufo.

Afortunadamente hay un momento del día en que no le importa absolutamente nada lo que hayas hecho: Te quiere, te adora, te desea, te estruja también... y es el amigo más incondicional que puedas tener.

La comida del mediodía, claro.

martes, 17 de febrero de 2015

La adolescencia de Krispys...

...ya va asomando!
Pues sí, señoras y señores. Esta mañana, mientras Kaiser le zarandeaba y revolvía en una hierba mojada y fría, ha comenzado a asomar lo que será una parte fundamental de su vida y un permanente quebradero de cabeza para mí. Y en muchos casos una fuente de desesperación para Krispys.

Ooooootra vez a exhibir severidad para intentar detener un instinto, que por lo demás, es muy sano. Pero no estoy para carreras.

Ahora tendremos que esperar al verano, cuando espero y deseo descubra una nueva faceta de su vida y me convierta en abuelete de nuevo ya que el único retoño que queda vivo de Crispis ronda los 14 años.

Hoy le espera una salchicha con jamoncito para comer, por eso que dicen "de lo que se come, se cría". Por si acaso.

lunes, 16 de febrero de 2015

Cambio odio, resentimiento...

...Por cariño, alegría y juegos.

Pues sí, sin duda. Son sentimientos que sé que no debería haber dejado que me dominaran, pero no me arrepiento de haberlos tenido. Ni pizca.

Afortunadamente, el pekeñajo no me deja en paz: no me deja centrarme en nada, y me tiene frito con la decena de pelotas de ping pong que le he arrojado a su alrededor. Ya sólo quedan 2 ó 3 en servicio. Las demás, en su sitio habitual. O sea, "guardadas" debajo del sofá.

Cómo le gusta jugar con ellas. Le caben perfectamente en la boca, no cesa de hacer cabriolas y traérmelas para que se las lance.
Con lo cual, volvemos a la feliz rutina de acompañarnos y vivir intensamente el uno para el otro, sin rencores y dentro de poco con rodilleras, ya veréis.
Qué suerte tengo. Me dejo llevar por Krispys y todo es más divertido y mucho más sencillo. Hasta el paseo bajo la lluvia que nos está esperando.



sábado, 14 de febrero de 2015

La fregona

Resentido, rencoroso, cabezón...
Hace tres días tuve una "conversación" seria y admonitoria acerca de las consecuencias que tendría en su futuro el continuar utilizando nuestro hogar para vaciar su vejiga, sea o no en un periódico.

Pues bien: Parece que lo entendió perfectamente y desde entonces, salvo una vez, y con pocos dl de "escape", no se ha repetido tal circunstancia y las tablitas del parquet están encantadas. Como yo, pero menos. Ahora lo explico.

El pekeño, consciente de que ya no va a hacer lo que le da la gana en ese aspecto, no pierde ocasión de echármelo en cara, sino que además ha levantado el hacha de guerra, que me lanza muy  menudo y tengo que esquivarla y contra-atacar. Me duele, pero no puedo ceder.

Desde esa misma noche, cuando ve que yo (o él) voy dando por terminado el período de juegos pre-sueño (o sea, en la cama), dignamente, con altivez, despacio, enfila hacia la rampa, volviéndose, y me abandona para irse a dormir a una de las cunas repartidas por la casa. "Que te den", parece pensar.
No acaba ahí, no. De vez en cuando me acerco al periódico que todavía está dispuesto por si las moscas, y le llamo para que se acerque con la intención de felicitarle y premiarle porque está seco. Hay que verle: Se acerca pisando pausado y receloso, como si estuviera encima de un frágil cristal de 0,05 mm, y después de mi charla aprobatoria, se larga manifestándose con una actitud despectiva hacia mi proceder, por recordárselo. "Si ya lo sé, por qué insistes".
Es más, en la calle es donde su muestra todo su carácter: junto a un insolente yorky, tengo un desobediente cabezón que me hace rebuscar altas dosis de paciencia en mi cerebro para no tener que recular en mi postura. Hoy he estado, y no exagero, más de 10 minutos en cuclillas después de haberle llamado ya que se estaba alejando en demasía. Después de los amenazantes "uno, dos y tres", se acercaba unos pasitos y se sentaba, ahí, mirándome, "que te den, otra vez; que no te enteras". Y así varias veces, incansables los dos.

Al final, claro, desconfiado, despacio y alerta, ha venido a mi lado dispuesto a soportar la tormenta que le iba a descargar encima. Y ahí, sentado, ha aguantado mi postura y silencio (que le duele más que un berrido). Y estos hechos se repiten y el ser tan obediente que Krispys tenía dentro se ha esfumado, por lo que he de retomar con paciencia y severidad ese aspecto de su comportamiento.

Y en eso estamos. Todo un carácter. 

(Pero mencaaaaaaaaaantaaaaaaaaa...)



miércoles, 11 de febrero de 2015

Romeo

Su nuevo amigo
Hoy ha sido un día un poco especial para Krispys: Ha conocido a Romeo, un bichón maltés de 10 meses, este mediodía, con el que ha tenido un flechazo a primera vista.

Nada más juntarse han salido corriendo sin descanso y sin mesura, indiferentes a todo, pendientes el uno de otro, empujándose, tirándose bocaditos y otros un poco más grandes, revolcones, revolcones y saltos al galope.

Como es de imaginar, Krispys se llevaba la peor parte, ya que por tamaño muchas veces era tirado y arrastrado. Pero ni un quejido; ni siquiera cuando Romeo le pateaba fieramente en el suelo ni cuando le enganchaba y le tiraba de los bigotes.

Al contrario: se revolvía y se levantaba (cuando podía, jajaaa) de un salto, dispuesto a seguir con sus juegos. Hasta que, con gran disgusto, los hemos tenido que separar, dada la hora.

Y tanto se han divertido, que esta tarde ha vuelto a venir Romeo, y como parece que hoy no tenían ideas muy originales, han continuado con sus juegos de la mañana, y alguna oreja le ha debido de pillar Krispys a su contrincante, lo que no ha impedido ser repateado y arrastrado nuevamente.

Lo hemos pasado bien, tanto los pekes como los mayores. Y, por cierto, se nos ha olvidado preguntar por nuestros nombres. Y, casualidad, su mujer trabaja en la CUN y en estos momentos está en pruebas de otorrino con la idea del IC en ciernes. Qué pequeño y qué grande puede ser el mundo.

Ahora son nuevos y grandes amigos, y seguro que más de un día correrán juntos nuevamente.

martes, 10 de febrero de 2015

Un día clave

Con vuestro ánimo
Mañana miércoles es un día clave. Podría decir que no, mas la verdad es que estoy preocupado, para qué negarlo. No es preocupación por el resultado, ya que esta vez , tarde más o tarde menos en ser definitivo, no tiene vuelta de hoja ya que está bien encaminado a una resolución satisfactoria. También es triste alegrarse por ello.

Pero me dará paz, sobre todo emocional.

La necesito para encaminar el resto de mi existencia, que tampoco va a ser un camino rodeado de jazmín, mar y bendiciones. Y gracias a que cuento con la alegría y compañía desbordante de Krispys. Pero me permitirá enfocar la energía que me resta en mi salud, en combatir la maldición que surgió aquél 18 de octubre y que  poco a poco ha conseguido ser una protagonista real, cruel y omnipresente, aunque a veces pueda parecer soslayada.

Hoy no. Ni puedo ni quiero combatirla. Me domina y dejo que me domine. Para qué derrochar energía si mañana voy a tener que contenerme aunque no quiera hacerlo y tendré que exprimir hasta el fondo mi escasa reserva de paciencia y voluntad.

¿Para qué? ¿Para contemporizar, escuchar y aguantar una serie de provocaciones con las que, no lo dudéis, intentarán socavar mis pies y derrumbarme? Es su labor y para eso les pagan. Lo que no quiere decir que deba aguantar para que su dictamen sea favorable. Lo tienen difícil; no obstante, seguro que se las ingenian para que no lo sea.

Se rebotarán cuando constaten que he tomado la iniciativa para desbordarles, algo que he conseguido realizar sin dar lugar a dudas. Lo que les permitirá justificarse para afirmar necedades.

Y tendré que aguantar. O no. No lo sé. Mi predisposición no es la más adecuada. Que se lo pregunten al técnico de Rolltore que ha venido hoy. Tenía toda la normativa vigente a su favor y nuestro sistema está anticuado, dixit, pero si llego a callarme y asentir no me salgo con la mía (que debería ser la de los demás copropietarios, pero que les den), y por supuesto ha claudicado. Algo de razón (o toda) tendría yo.

O al Concejal de Urbanismo, o al Alcalde, que van a tener un fin de semana bastante dicharachero con dos dianas en su conversación: Mi querida y estimada vecina y yo.

Estas semanas de "desintoxicación" son las que han provocado frescura y claridad de pensamiento, y una actitud muy beligerante, algo que agradezco.

Sin embargo, mañana me contendré, o lo intentaré, en atención y agradecimiento a mi familia y amigos, que siempre me han apoyado, empujado, y sobre todo aguantado; nunca podré recompensarles lo suficiente por ello y nunca han buscado nada a cambio, a no ser mi bien.

Por ellos, por todos ellos, por mis cuatro pekeños, que durante estos años, sobre todo los últimos, han sido la tabla surgida del naufragio donde me he sostenido con mucha dificultad, aunque la desaparición de Lucas y Simón me hundió en lugares que no creía existentes, infiernos sin reposo.

Pero mañana estarán ahí, como sé que también estaréis ahí, acompañándome, consolándome, empujándome...

Una nueva era comenzará. ¿Mejor? No lo sé. Sin embargo, sí sé que será diferente. Y que esa diferencia me ayudará a sonreír, incluso reír, con más ganas.

lunes, 9 de febrero de 2015

Corazón de Paloma

CORAZÓN DE PALOMA


Una amiga me habla con maravillado asombro de la afición insólita de su perro a las migas de pan. Va con él al parque y, cuando la viejecita de turno arroja el pan entre las palomas, el perro irrumpe en la idílica escena y en un abrir y cerrar de ojos las espanta a todas y se come las migas. Lo hace con una extraordinaria pericia, de forma que cuando la anciana quiere reaccionar, y levanta amenazante su bastón para defender a sus protegidas, el perro ya ha satisfecho su glotonería y se dirige feliz hacia mi amiga, que, a esas alturas, ha corrido a esconderse avergonzada detrás del seto que tiene más a mano. No hay perro entonces más alegre y feliz que el suyo, y ella no puede ocultar mientras lo ve venir trotando a su encuentro esa punzada de satisfacción que siempre sienten las madres ante el espectáculo de la vivacidad de sus hijos pequeños. Por eso, y aunque su primera intención es reprenderle, no puede resistirse a sus zalamerías y termina por transformar su enfado en un aluvión de caricias. 

"¿Qué culpa puede tener él -parece decirme cuando me lo cuenta- si posee un corazón de paloma?"


Gustavo Martin Garzo

domingo, 8 de febrero de 2015

Sin nieve

Pero por la nieve
Parece mentira. Nevó bastante, hace un frío de mil diablos -ya se ve cómo está el "lago"-, un fuerte viento que nos deja la nariz colorada y el hocico frío frío y seco, y sin embargo, un ratito de sol y desaparece. Y estábamos bajo cero. Parece mentira, y todo seco.

Por mí mejor, pues nos ha evitado todas las guarrerías que nos suele aportar la nieve deshaciéndose poco a poco. Así está mejor.

Antes de ayer estuvo correteando como el niño que es, cuando comenzó a nevar y volvíamos a casa. No pudimos resistir la tentación de quedarnos en la calle: el peke corriendo, saltando, hurgando... y yo con el móvil haciendo lo que podía. Se estaba bien. La nieve, fría y seca, no nos mojaba, y hay que aprovechar que es un cachorrito al que le pueden todavía las ganas de jugar.

Por cierto: Hoy ha estado jugando con Luna, una de sus novias, y la pobre se ha machado harta tras soltarle un par de bufidos. De Pamplona, seguro. La ha mareado dando y dando vueltas a su alrededor.

También ha perseguido sin pausa a la hojarasca arrastrada por el viento: ha huido en cuanto un pato le ha agitado las alas para asustarle, y nos provocaba con sus saltos y carreras sin fin.

Ahora lo tengo aquí atrás, dormidito, y me dejará un rato tranquilo. Ojalá.


jueves, 5 de febrero de 2015

Krispys estar pletórico

Y yo feliz, aunque helado

Así es. Parece que disfruta con el frío. En estos días en que están siendo habituales las temperaturas bajo cero, a las que hay que añadir el fuerte viento norte que "disfrutamos" por lo general en Barañain, el pekeño no para.

Bien tieso, con su abriguito, las orejas en alerta, no pierde ocasión, en cuanto divisa en el parque otro perro, en dirigirse hacia él; y si lo percibe atado, comienza a galopar a su alrededor, dando vueltas igual que los apaches con los pioneros del Far West.
Agacha las orejas y corre y corre sin reposo volviendo loco, por lo general, a su víctima. En ocasiones también lo sueltan, y aquello parece una carrera de galgos. Y yo ahí, abrigado hasta más arriba de las orejas, con una sonrisa en mi rostro pálido.

Siempre termino llamándole y atándole, porque si fuera por él, el paseo sería interminable.

Y cuando no hay perrito que asaltar, corre  hacia los montones de nieve helada y se las apaña para conseguir un trocito de hielo. Lo deposita en mis pies, para que se lo lance bien lejos, y vuelve a traérmelo dando saltos y volteándolo para atraparlo nuevamente.

Pero qué frío. Más vale que en casa me espera un caldito caliente y casero. Al menos éso es lo que pone en la cajita.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Su espacio de juegos

Lo juro, lo juro: Es cosa suya.

Krispys ha desarrollado estos meses una fijación por jugar en la cama. No se lo culpo puesto que soy yo quien lo ha acostumbrado: de esa manera estoy curando las dichosas bursitis de la rodilla y, si jugamos en otro sitio, más pronto que tarde se reproducirán porque mi rodilla chocará contra el suelo. Con lo que les cuesta desaparecer.

Ahora bien, los juguetes los elige el peke. Yo no le subo ninguno. Al contrario: De vez en cuando "despejo". No obstante, atrapa el que le da la gana y, trotando rampa arriba, se lo lleva a la cama y ahí estamos dale que te pego.

Cuando se cansa (más veces que yo, todo hay que decirlo, baja a la carrera y vuelve con otro, una y otra vez.

Y por la noche, más vale que duermo profundamente y no me entero. También tengo que decir que el otro día nos dieron las 3,30 de la madrugada juega que te juega. Menudo es, como para llevarle la contraria; sin embargo, si me pongo serio, obedece.

Y no como a mi vecina, que mientras estaba en casa y nos manteníamos ocupados con el pc, tenía su tobillo entre los dientes de Krispys, una y otra vez, a pesar de que lo rechazaba con obstinación. Y como no le hacía caso, le ha mordido y se ha marchado indignado a la cama, pasando de todos.

Mmmmmmm... pensándolo bien, tal vez haya sido en justa venganza por el bolazo de nieve en la cabeza del otro día.



martes, 3 de febrero de 2015

Resbalón va, resbalón viene

¡¡¡Y se enfada!!!

Ayer salimos por la mañana y se llevó una desagradable sorpresa. Ni siquiera quería mirarme, como si yo tuviera la culpa.

Me explico: Lo que el día anterior había sido un juego, correteando feliz por la nieve en polvo, se convirtió en una serie de resbalones debido a la helada nocturna, que endureció la capa superior. Y como el peke no es muy pesado, resbalaba sobre ella unas veces y otras hundía la patita, por lo que su marcha devino en un deambular similar al mío :-(


Ahí está, con mil precauciones y seguro que recordando a mi familia y añorando su Vera natal, con su sol, buena temperatura y sin tener que soportar, como me dijo ayer mi querida y estimada vecina (no es coña, la quiero), obedecer a ritmo "de pitido". Buuuuuuuuf...
Por cierto, que antes de ayer noche, con la nieve cubriendo el suelo, cuando regresábamos a casa, no tuvo mejor idea que lanzarme bolas de nieve a traición, con tan buena puntería que le atizó a Krispys de lleno en todo el cogote. Pobrecito.

Y después de esta aclaración sobre las consecuencias de las malas ideas y peores acciones, veremos qué rápido aprende el pekeño a decirme que se ha hartado de resbalar y que pasa de mí completamente:
Así que a casa. 
 
Hoy sigue habiendo pequeñas tormentas de nieve, y las predicciones son pésimas para toda la semana. Semana que había escogido para meterle en la sesera de una vez por todas que nuestro hogar no es el sitio más adecuado para depositar sus múltiples y variados fluidos corporales. Tendré que armarme de paciencia y esperar a que el tiempo mejore algo.

En fin, ya me comprendéis. Que paseis un lindo día. Nosotros nos vamos a revolvernos un poco por el suelo, que lo necesito más que Krispys ;-).

Y quiero mandar un recuerdo para Dora, que se sorprenderá (o no) al leerlo.






lunes, 2 de febrero de 2015

La nieve se queda

Y Krispys la disfruta


Nieve y frío, frío y nieve. Y con lo poco que le gusta el agua. Pero no: Después de na mañana ladrando amenazador a la nieve y las bolas y muñecos que dejaban los críos, después, encantado. Y cómo se tiraba a morder a los copos que caían. (Que conste que el muñeco lo hizo mi hermana con su hijo en Noain)

Volvimos ya de noche, con un manto más bien uniforme, o casi, y tras unos pasos cautelosos, corrió y corrió en círculos como sólo los cachorritos saben hacerlo. Dejó sus huellas en un trotar imparable. No puedo poner ningún vídeo porque la luz y mi pulso no dan para tanto, pero se mostró incansable.

Hoy le he pillado alguna cosa pero hay que editarla (qué miedo); ha sido bastante más cauto. Pero ya es otra historia.