domingo, 29 de noviembre de 2015

Sus nuevos amigos

Piluco Chumari

El otro día vino a casa desde Orrius un nuevo amiguete para Krispys y para mí, acompañado de su fiel  y entrañable PiluKrispys. Ambos hicieron un buen viaje gracias al esmero que tienen en su casa, Pilucas, para que todo transcurra sin incidentes.

Aunque muy celoso en un principio, muy pronto se dio cuenta de que no debía hacer daño a Piluco, y mucho menos a su mascota: Van a vivir en nuestro hogar, que desde ahora también es el suyo.  De momento les tolera ya que no les dejo jugar con él a su manera, y eso nos está produciendo caras de enfado. Que se aguante.
No hemos podido salir mucho con estos días lluviosos y muy fríos. Únicamente el viernes nos acercamos hasta El Paseo del Arga, lugar en  el que hicimos alguna foto.

Krispys mostró su enfado y se dedicó a perseguir a todo lo que llevaba 4 patas y una correa, haciéndose el remolón cada vez que los quería sacar juntos, hasta que de pronto se le acercó traidoramente; menos mal que sólo mostró curiosidad, el                                                                          muy ladino.

Y así pasamos un ratito, disfrutando del solecito, del rumor de la corriente en la presa, y de unos amigos que se acercaron para ver si les invitábamos a comer, algo que no pudimos hacer pues carecíamos de comida para darles. No obstante, hubo gente que si les dio alimento, y se pusieron contentos y cantarines.


Y ahora estamos en casa después de un corto y rápido paseo. Se han sentado juntos pero me temo que no hay empatía. Emoción sí, pero de ese tipo d emociones que puede dar más de un disgusto.


sábado, 7 de noviembre de 2015

Un año juntos

Unidos

 
Hoy, 7 de noviembre de 2015, nos encontramos con Rosa Vaquero en San Sebastián de los Reyes a fin de acoger en nuestra familia a Krispys de Vaquecan. Llegaba de otra familia que le quería y le mimaba, y sobre mis rodillas llegó a Barañain, durmiendo, soñando y suspirando. Casi tanto como yo y, me atrevo a decir, como mi hermana.

Un año de compañía, de educación y responsabilidad mutua, de cariño, complacencia, momentos felices, muchos momentos felices... algún susto, cómo no. Un año de aventuras, risas enfados, en el que ha ido desarrollando su fuerte físico, con esas patas largas, y también su carácter, fuerte y desafiante, aunque intensamente obediente, a pesar de esos momentos tan abundantes de miedo.

Pienso, banquetes... fruta, carne, verdura, legumbre, pasta, todo le sienta bien. Nos acompaña y disfruta; cuando hemos comido en algún restaurante, en la calle, se ha comportado, refugiándose y envolviéndose a mis pies.
 
No se me olvidará nunca su primer y único día en la playa, hasta el momento. Cómo corría, se revolvía, jugaba en las olas, girando y retorciéndose ante el empuje de las mismas, pero sin soltar el palo de la boca, por supuesto
 
Cómo he llegado a depender tanto de una compañía fiel, que está pendiente de mí, de mi estado de ánimo, que intenta consolarme en todo momento. Con esa mirada, que se convierte en agónica e inconsolable en esos escasos momentos en que he tenido que dejarle sólo, lo que no le impide mostrar su enfado.
 
Será mi último perrito. Su ciclo de vida terminará cuando yo haya alcanzado una considerable cantidad de años y, hoy por hoy, ya no me veo con fuerzas en esos lejanos días. Por ello es tan especial (como lo han sido los demás): Llegó tras unas terribles pérdidas y ningún otro me consolará cuando nos deje.
 
Dependo de él, y no me avergüenza decirlo: Su actitud, su energía, su alegría, su dependencia de mí me ayudan a sobtellevar el día a día, a veces el momento tras el momento. Un año con un principio complicado que dio paso a una euforia inusitada y que con el paso del tiempo me ha devuelto a la realidad.
 
Sin embargo, mi esperanza está puesta en la próxima primavera. Por mi familia, amigos, por Krispys, por mí.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Regateando

Unos vídeos de pelotas y latas


Hoy me voy a dedicar a poner unos cuantos vídeos. Es que estamos muy vagos: La lluvia y la oscuridad no son muy buenos acompañantes ni consejeros. Al menos, hoy no.

A Krispys le encanta jugar con la pelota, pero todavía más le gusta que juegues con él. Incansable, una y otra vez recoge con su boca la pelota, o la cajita, y la deposita a sus pies o directamente en su mano.


Y recalco lo de "su" porque si está José Antonio, Óscar, o Mª Antonia, Pili, o cualquier otra persona, a quien no se la entrega, ¡es a mí! Menudo sinvergüenza, el pekeño. Pero si están Maite y Paula, ya no hay dudas: A ellas se la lleva y, por si fuera poco, por riguroso turno.
Le encanta el regate y ahí debo reconocer que estoy perdido. Como intente uno, lo único que conseguiría es levantarme rápido del suelo y disimular ante la gente que espía desde la ventana.
Los reyes en este ambiente son Óscar y José Antonio, que consiguen engañarle y animarle más que a Osasuna, y amaga y ladra sin descanso, hasta que por fin sale como un rayo a por la pelota.

Y luego nada como unas cervecitas para refrescarse.

Ahora lo que estamos intentando es que mejore su remate de cabeza. Cuando lo logre, lo celebraremos de la mejor manera: Metiendo algún gol en uno de esos locos remates.