miércoles, 28 de diciembre de 2016

¿Dónde estás? ¿Dónde te has escondidio? Te echo de menos...

URKO
 
Hace Tiempo, unos cuantos meses ya, que Urko ya no viene a visitarnos a la plaza. Y es  una pena. Urko es... ¡Huy! ¡Perdón! ... era un precioso cachorrito de pastor alemán amigable, simpático, juguetón... ¡Grande!, muy grande. Apenas tenía tres o cuatro meses cuando jugábamos ante la atenta mirada de Chumari. ¡Bah! Se cree que yo no puedo arreglármelas solo. Lo de salir corriendo al menor sobresalto es puro teatro, que lo sepáis.

Creo que es el único perrito con el que su juego conseguía que me olvidara de la pelota. Aunque fuera por breves momentos. Ya dice bastante de lo alegre y juguetón que es, y sobre todo que me trata con... eje...  cómo lo diría: Con delicadeza. No como otra que yo me sé .
 
No obstante, hace meses, como ya he dicho, que no viene.  Chumari me dice que se ha hecho muy grande y se reúne con perros de su tamaño, y que el humor también le ha cambiado; que por ello evita su pasar ante nosotros para ir al asqueroso-pipi-can o cualquier otro lugar donde pueda correr a gusto, sin preocuparse de esos señores tan amables y atentos, que alguna vez han venido a hablar con él y tomar nota de qué quiere que le traigan para comer.  O éso supongo, porque se pone de mal genio y no me cuenta nada.
 
Aunque... hummmmm... tal vez es porque mira a la chica que pasea con Urko de reojo, un gesto que conozco de sobra y del que no me cuenta nada de su significado. Parece tonto.
 

 
¡¡¡¡¡Urkoooooooooooooooooooooo!!!!! Si regresara de vez en cuando para seguir jugando, que contento estaría. Mientras tanto, me contentaré con tirar de los bigotes a Leo aunque últimamente prefiere jugar con ésa, con Kyra , esa sinvergüenza.
 
En fin,  seguiremos esperando a Urko, Chumari y yo.
 
 


 
 
 

jueves, 8 de diciembre de 2016

Me persigue, me empuja, golpea, me muerde... ¡No puedo más!

¡Kyra Kampora!
 
Es tremendo lo que tengo que  soportar desde hace unos meses con mi "amiga" Kyra. Yo, que le enseñé el mundo, le presenté a mis amigos, aprendió a ser una perrita responsable y amigable; aunque más de una vez me he visto deseando darle un gran escarmiento, me quedo parado; quieto, soportando todo lo que puedo. Porque me puede, que si no...
 
Lo que comenzó siendo un divertido juego se ha transformado en un verdadero infierno. Algún tiempo antes apuntaba maneras; sin embargo, con la vuelta de vacaciones fue terrible: Salí a recibirle amablemente y ella vino enfurecida, a por mi, una y otra vez, un día tras otro, un día tras otro, sorprendiéndome, quedando anulado, yo, todo un terrier.
 
En un principio vinieron las carreras, donde, por supuesto, le demuestro mi superioridad atrapando la pelota. Ella se enfada y, aunque le supero en velocidad, no quiero abusar para que no se desanime y así continúe jugando. Mi juego de cintura y reflejos hacen milagros. En serio. Y pasa de largo, jajajaaaa.
 
Bueno, más bien pasaba, porque aunque sigue sin poder imitar mi movimiento, la muy bruja me espera y me ataca a la vuelta, tirándose encima de mí, empujándome, golpeándome con su pecho, tan fuerte, y sus caderas. Rugby americano total. ¿Dónde lo habrá aprendido?
 
 
Afortunadamente, yo ya consigo escaparme casi todas las veces, siempre que encuentre un banco cerca donde poder refugiarme. Eso era antes mas bien, ya que ahora la muy cab... esto... la muy salvaje sube con gran facilidad, y sigue golpeándome y queriendo dejarme sin orejas, sobre todo la izquierda.
 
El banco, que un día fue mi salvador, ahora se ha convertido en un gran drama ya que, aprovechando que no quiero dejar escapar mi trofeo, sube de un salto (muy atlético, me duele reconocerlo). Me busca, con saña y su bocaza abierta, en el cuello, en el hocico, las orejas... donde sea, con tal de lograr su propósito.
 
Propósito que, por cierto, no sé cuál es en realidad:, Si hacerse con mi preciada pelota o tocármelas directamente a mí, algo que consigue casi todas las veces, ya que una de sus grandes habilidades consiste en atraparme la cola mientras me persigue, con muy variados efectos: Desde retrasarme hasta cambiarme de dirección; en ocasiones (demasiadas), me atrapa cuando voy a saltar al banco y lo que consigue es que deje los dientes contra los travesaños de madera. En estos momentos la odio. Y lo sabe, puesto que se da media vuelta, toda digna, y desaparece un ratito.
 
Pensaba que con la lluvia se calmaría un poquito, pero nada. Afortunadamente salgo acorazado en ocasiones y no puede hacerme daño, excepto en el rabo, que antes lo lucía con orgullo y ahora intento esconderlo ya que parece un ciempiés atrofiado. Maldita Kyra, maldita.
 
No me respeta nada. Y lo peor de todo es que, si por si acaso yo no era lo suficientemente miedica, Tina está cogiendo su ejemplo, aunque todavía no me muerde. Pero por si acaso estoy preparándome para ese hecho, y de vez en cuando le soplo un bufido y le pongo firmes. Durante un par de segundos o así.
 
¿Y sabéis lo peor de todo? ¿Pero malo, malo, malísimo? Ni siquiera puedo decir que lo hago por temor a las Leyes sobre Violencia de Género. No, ni hablar. Lo peor de todo es que la situación me pone. Sí, sí, de veras. Incluso alguna vez me han pillado rodando por el suelo en un estado sexualmente excitado. ¡Qué bochorno!
Y aun así, día tras día, si cuando hemos bajado no está Kyra, examino la plaza con la esperanza de encontrarla y también deseando que Chumari saque alguna pelota de esas, que al final acabará en poder de Tina, de Sira, o de Antxón. O del bicho ése llamado Leo, que parecía tan simpático y quiere quitarme a la novia. Pues por mí, que se la quede, pero que deje la pelota.
 
 
 
 

martes, 8 de noviembre de 2016

Sólo ha sido un sueño.

Playa Bolonia
 
Tarifa, Trafalgar, Caños de Meca... lugares que desde hace años de atraen, me seducen, que exigen mi presencia. ¿Por qué? No lo sé. Supongo que tal vez lo descubra si alguna vez acudo.
 
Con el peludito. Esta mañana lo he visto allí. Al marchar a comprar el pan se ha adelantado y al volver una esquina, como tantas otras veces, se ha encontrado con un fuerte viento de frente (por algo a Barañain se la conoce como Buenos Aires); Y como tantas veces, se ha erguido,   desafiándolo, estirándose, notando cómo el pelo de su cabeza flamea como la vela d una pequeña embarcación; atento, satisfecho, feliz olfateando toda la información que el viento le aporta.
 
No me ha costado nada imaginármelo en esas extensas playas, algunas con piscinas naturales, corriendo con el viento como adeversario y rebozándose en la arena una y otra vez, una y otra vez, corriendo y saltando entre las olas tal y como nos sorprendió en su día en Hendaya; persiguiendo la pelota, el baloncito, los palos...


Mientras tanto, yo disfrutaría también contemplando a los afortunados practicantes de un deporte que desconocía. Deporte que ha logrado captar mi atención, algo muy difícil desde que me vi forzado a dejar la bicicleta: el Kite-surf, que aprovecha el viento, entrenamiento y buen hacer de sus aficionados para realizar fantásticas acrobacias. Al mismo tiempo, el sonido del mar ne relajaría enmascarado en su resbalar por los micros
 
Y aquí estamos, sin tener que hacer 1000 kilómetros, viendo fotos de Baelo Claudia sin tener que   hacerlas yo,  relegando las arqueorutas para otros viajeros con más suerte que  quieran ver el testimonio de  nuestro pasado.
 
Krispys y yo seguiremos aquí,  vegetando yo y trasteando él todo lo que pueda, a la vez que me siento inmerso en una inclemente desesperación por no poder ofrecerle poco más que mi compañía. Krispys se merece más. Precisamente ahora viene con un peluche para que le acompañe. Nos vamos.
 
 
 

Sorpresa: ¡Tengo dos Krispys!

Krispis II
¡Qué guapo es!

 
 
¡Krispys II!  Ayer me dieron una grandísima sorpresa. ¿Y quién me la dió? ¿Quién me alegró la cara con una gran sonrisa? Pues fue...
¡MAITE!
Qué bien dibuja y qué guapo está en el cuadro. Recuerdo que fue ella quien eligió la foto que más le gustó para tomarla como modelo. Y además sabemos, Krispys y yo, que lo ha dibujado y pintado con mucho cariño. Y eso se  nota.
 
Por la noche estuvimos pensando dónde colocar el cuadro, y a Krispis le gustaría ponerlo al lado de su hermanito Lucas, para acompañarle. Que Maite también quería a Lucas, y Lucas a ella.
Después de darnos el cuadro, estuvieron jugando con la pelota y también bajó su amiga Paula. Y por si fuera poco, estaba paseando Kira, nuestra nueva amiga, que también se divirtió con todos. Hasta Lucho le tiró un gruñido, pero sólo para que le dejara en paz. Es muy divertida y alegre, y tampoco para quieta. Se está haciendo muy amiga de Krispys. Como éste es tan fino e incapaz de hacer daño a una mosca -es un decir, porque la curiosidad le podrá-, Kira se lanza contra él haciendo cabriolas. Cuando mejore el tiempo y salga el sol habrá que utilizar el vídeo.
 
Después fuimos a ver la gran colección que Maite tiene en casa y estooo... ejem... a pedir pan para la cena porque no tenía. Amablemente, me lo dieron.
 
Ahora estamos deseando que llegue el martes para jugar otra vez con Maite y con Paula, si es que no nos vemos antes.
 
 

Tempus fugit (II): Krispys en Santa Criz (II)

Santa Criz (En Eslava)
(Las Aventuras de Quinto Licinio Krispys)
Hoy vamos a contaros (Krispys me recuerda al oído muchas cosas que se me olvidan), la excursión que realizamos al  Yacimiento Arqueológico de Santa Criz, en Eslava, con los incomparables Javi e Inma. Javier y yo competimos por la mejor foto - él es más técnico y a mí me gusta más captar el momento, aunque sea un pedrusco - y al final, como siempre, la mejor foto es la de Inma con el móvil; o también con la  cámara por supuesto. Comencemos a declamar, desde la plaza del Foro, la visita a este Yacimiento, en el que se ha actuado en poco espacio, de momento, aunque de  una manera sobresaliente.
 
En cuanto paramos el TestaCorsa salió Krispys rápidamente cuesta arriba y hacia el emplazamiento, por el camino que se dirige al mismo. Nosotros fuimos detrás, claro, tranquilos y leímos información acerca de Santa Criz. Hasta el momento sólo se ha excavado el foro y la plaza adyacente, ya que los fondos no llegan. Por lo poco que se ve me atrevo a decir que hay enterrada una ciudad importante -bastante más que Pompaelo, desde luego-, y no me sorprendería que dentro de unas décadas se hallara un teatro. Llegamos a la plaza, con su criptopórtico,, muy consistente,  columnas, el foro a la izquierda y al fondo, en la foto de abajo,
 
 
 
Un entorno cuidado pero bien intervenido y asegurado para el futuro. Como era de esperar, Krispys rescató de una vida pasada su vir y correteó por todos los sitios que pudo y nos divertimos tirándole una pelota por la plaza. Está claro que los restos en el lugar (y los retirados por el Museo de Navarra) indican un lugar monumental, propio de una civitas, o tal vez tuvo alguna otra relación con Roma.  
 

Por cierto, todo desde el más absoluto respeto hacia el enclave y lo que representa. Siempre he sido partidario de que estos lugares deben ser visitados pisando sus calles, templos, lo que sea, ya que es algo que te anima a sumergirte en la época, comprender su forma de vida y tal vez, sólo tal vez, reflexionar en qué han cambiado las cosas, quizás no todas para mejorar, sino al contrario.
 
Estas paredes y columnas, que sirvieron de base para una sesión fotográfica de un par de Pilucas, nos revelan que existió una edificación que dominaba la plaza. No sé qué pudo ser. Dicen que un templo, o una basílica. En cualquier caso, la intervención realizada es fantástica.
 
Entre carrera y carrera nos acercamos a esta parte, lugar donde se ha restaurado una parte de la pared del criptopórtico, como se puede apreciar a la izquierda.
Al fondo, un poco apartada, sobreviven los restos de una torre medieval, atalaya perfecta de su entorno. Y con grandes probabilidades de ser anteriormente romana. ¡Buenos eran para eso!
También se puede apreciar un pequeño montículo cubierto de maleza, en el cual se ha podido apreciar una oppida vascorum, que fue el primitivo lugar donde se creó lo que fue Santa Criz, y el día que se trabaje en el mismo, quién sabe, tal vez nos remontemos a épocas anteriores. Tal vez.

 
Mientras mis compis realizaban una nueva sesión de fotos, yo me dediqué a lo mío: Meter las narices en todos los restos de columnas, frontispicios, etc, depositados alrededor de la plaza en lugar de ser retirados y escondidos a la vista de la gente in eternum, lo cual ayuda sobremanera a activar mi imaginación recreando el lugar en mi mente o creando, más bien, uno parecido, disfrutando de los pequeños detalles de las cosas, sin importarme estar quieto un gran rato, absorto, contemplando un capitel o cualquier otra cosa.
 
 Mientras, Krispys vigilaba, atento él, su plaza y nuestra seguridad, deseando que llegara la hora de comer ya que la visita le había parecido suficiente



Y ya nos volvimos, advirtiendo una necrópolis a lo lejos, pequeña, de momento, a la que visitaré en un futuro no muy lejano. Presiento que debo volver a Santa Criz. Hay muchos, pero muchos detalles que examinar con atención en un  yacimiento todavía pequeño pero en el que se ha realizado una intervención muy eficaz con vistas a su conservación. Posiblemente el enclave alcance las 13 Ha., lo que me hace pensar que no viviré para cuando se pueda visitar entero.
 
De momento es suficiente para que me divierta con Krispys por allí, entre campos y piedras, y un pequeño río, por supuesto. Y ya os tengo que dejar porque el peke viene en nuestra busca.

 
Aquí tenéis, si os interesa, más fotografías de nuestra visita a Santa Criz. Incluso de paneles explicativos que ayudarán a interpretar el lugar bastante mejor que mi memoria. Disfrutad.
 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Dos años ya

¡Dos añitos de FELICIDAD!
 
Hoy se cumplen dos años desde que Krispys llegó a nuestra vida. Qué lejos parece quedar aquél día en que mi hermana y yo fuimos a recogerle a... ya ni me acuerdo, ¡pero era antes de Madrid!. Allí estaba Rosa, sonriente, con Krispys en su transportín, y nos vinimos a Barañain.
 
Más contento que unas Pascuas,  comenzó ese tiempo que no acaba nunca, porque se inició un día a día, en el transcurso de los cuales Krispys ya no es mi pequeñín sino también el de mi familia, y el inseparable amigo de Kira (qué celosa se ha puesto hoy porque el peke quería... esto...  ¡vamos!, que le atraía fuertemente otra yorki, Estrella. Corretea sin dudarlo y comparte también su tiempo con Sira, Tina y con muchos otros.
 
 
Quienes tenéis un amigo peludo me comprendéis perfectamente. Llegó a nuestra vida para intentar llenar un vacío tremendo. No lo ha conseguido, pero no es culpa suya, porque no lo sabe - o éso creo - ya que Lucas y Simón nunca abandonarán ese rescoldo de culpabilidad que siempre me acompañará. Sobre todo Simón. Krispys juega, Krispys come, Krispys duerme, Krispys me besa. Krispys no se pone encima y no duerme a mi lado si no es por equivocación. Se asusta de cualquier sonido, y eso se debe a que mi casa es más silenciosa que un monasterio de clausura, y se sobresalta a la mínima.
 
Da igual. Hoy recibirá la lasaña que le ha dado mi hermana y que tanto le gusta. No disfrutará porque engulle a una velocidad muy difícil de apreciar, el muy bandido.

Esta noche tendré que abrigarlo, ya que aparte del fuerte frío, se ha levantado ese viento norte tan típico de aquí, y como no tengo nada que lo detenga por los alrededores, más vale prevenir un poco  aunque no recuerdo verle quejarse de frío a no ser que se haya mojado mucho, cosa que hará porque la hierba está muy húmeda.
 
De todas formas, hoy :


 

lunes, 31 de octubre de 2016

Tempus fugit: En Yacimientos Romanos (I)

 
Los Bañales (Uncastillo)
 
Hace un tiempo, no mucho, volví a una vieja atracción que ha devenido en una extraordinaria pasión. Tanto es así que no tengo ni tendré ya tiempo suficiente para adentrarme en ella y leer, repasar y descubrir grandes cosas, sobre todo debido a los grandes avances técnicos que permiten datar, fijar y recrear prácticamente cualquier yacimiento.

Me armé, o más bien me armaron de valor y, esta vez sin Krispys, acudimos a Los Bañales, en Uncastillo que es el nombre por el que se conoce, aunque se sospecha que la ciudad se llamó Tarraca.
 
Y, ¡ale!, cuesta arriba para empezar con esta visita guiada, subida en la que mis compis, apoyándome en mi deambular cuesta arriba, hicieron todo lo posible para que cayera, brrr... peo no caí, que conste en acta (yo soy el antepenúltimo).
 
Pedro Olid y sus compañeros (arqueólogos y amigos del enclave) estuvieron pendientes de mí, y Pedro aceptó de buena gana llevar micro y emisor de una fm que me permitió seguir sus explicaciones sin ningún problema.
 
Incluso al principio me reservó sitio en primera fila, pero yo estaba más  contento trasteando dentro dl alcance de la fm y metiendo las narices por todos los sitios. Calle empedrada, aceras, villas, foro criptopórtico, termas, muralla, domus, insulae y muchas cosas más alegraron nuestra visita.
 
Las termas fueron cubiertas en una actuación muy anterior, con un resultado genial:
Y muchas cosas más con las que estaría divagando por mucho tiempo
 

 Un acueducto nos esperaba también un poco más lejos, con las grandes columnas (Los Pilarones, les llaman) de unos arcos desaparecidos, sitas un poco antes de realizar un recorrido subterráneo que todavía persiste. Lo curioso de este acueducto es la parte superior, donde todo apunta a que el specum era de madera, por la forma dela última piedra y los agujeros de los pilares.
 
Mi instinto y formación, claro, me hizo descubrir el significado de una "H" inscrita en un par de ellos, junto al habitual "L IV M". La Legión IV Macedónica fue quien construyó dicha obra de manera rápida, y por eso es el apilamiento de las piedras para formar las arcadas, sin una labor de talla cualificada. La "H" corresponde a alguna Cohorte Auxiliar Hispánica que estuvo algún tiempo de guarnición(según un gran conocedor de la época), aunque yo me decanto más por una Centuria. Sí, ¿qué pasa? ¿No puedo dar mi versión?
 
Después acudimos a un lugar en donde guardan diversos restos de los que no se han apropiado en Zaragoza.
 
Una visita que pienso volver a hacer con más calma, sin el agobio de seguir al guía, entreteniéndome más tiempo en el foro y examinando ese  acueducto que me trae loco. ¿Acaso fui en otra vida un componente  de esa  unidad auxiliar hispánica?
 

 
Y después corriendo a casita porque Krispys me esperaba y yo me desesperaba por verle, ya que era la primera y hasta ahora única ocasión en que no hemos estado juntos. Pobre. De mí, quiero decir, porque donde haya comida y una pelota, que se quite Chumari. Incluso una jabata.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Va de pelotas

- ¡Krispys: Trae la pelota!
- (Pa pelotas las mías, muchacho)

 
Mmmmmmmmmmmmmmmmmpffffffff... ya sabemos que Krispys es un apasionado de las pelotas: grandes, pequeñas, anaranjadas, verdes... Tenis y fútbol, ping pong y  waterpolo, su preferida. En realidad no le hace ascos a ninguna.
 
También le gusta atraparlas mientras corre, y más todavía si Kyra está siguiendo sus pasos, para atormentarla y huir. Y una manía que no me hace ninguna gracia: Su  naturaleza de terrier aflora cuando deja en el suelo, a unos metros, la pelota, y mirando y jaleando se te acerca, mirándote con cara de pobrecito, para que te levantes y se la des, o se pone a ladrar, animando así al vecindario. Pero conmigo no  le vale, y termina acudiendo a recoger la pelota.
 
Pues bien: El otro día, con un calor horrible, bajamos a la plaza y nos pusimos en a sombra del fondo, jugando con la pelota. En una de sus carreras dejó la pelota a unos 20 ó 30 metros y se tumbó detrás mía, en la hierba fresca. Hasta aquí, correcto. Yo, con la cantinela de: "Krispys, trae la pelota" cada pocos segundos, más que nada para pasar el rato y también para que fuera consciente de que yo no me iba a levantar a recogerla.
 
Y por supuesto, de repente se levanta y marcha rápido a recoger la pelota, mientras yo me hinchaba de satisfacción porque no me había levantado.
 
Pero... ¿Qué sucede? Que el muy bandido, traidor, sinvergüenza, cascarrabias, resentido, etc, etc, etc, pasa de mí y con gran alegría se va con la pelotita al encuentro de Óscar, que llegaba en esos momentos a casa. Y ahí, los dos, se ponen a jugar con la p*** pelota mientras yo rechino los dientes al ver que me ha ninguneado de mala manera. Y Óscar, como debe ser: Jiji, Jajaja. Malditos.
 
Da igual, lo considero un buen precio a pagar si Krispys disfruta y hace disfrutar. También es verdad que generalmente, en la plaza no tengo perro, ya que se va con cualquiera de la cuadrilla, dejándome a mí como último recurso, grrr
 
Ésto me recuerda que tengo que buscar las pelotitas de ping pong, ya que no las veo, aunque imagino dónde están, jejeee
 
 

martes, 23 de agosto de 2016

Pro libertate canes

Bruna, la activista

Bruna es una labradora, ejem. Me recuerda muchísimo a la imagen que tengo en la cabeza de esas mujeres de principio del S. XX y mediados del S. XIX, que con sus pancartas y reivindicaciones, no dudaban en ponerse en riesgo con tal de defender sus derechos y salir a la calle en defensa de sus ideas, realizando acciones inéditas, sorprendiendo a la mayoría de la gente y mosqueando al afectado. Yo, en este caso.
 
Es más, si le admirara por ello, la hubiese puesto, en la gran película Novecento (sin censura, claro), de protagonista y compañera inseparable de Olmo Dalcò.
 
 
¿Por qué digo ésto? Escuchad atentamente esta soflama en la que condeno sus actos.
 Bruna ha conocido a Crispis, a Simón, a Lucas y a Krispys. A todos ellos. Una perra noble, tranquila, amistosa, que con sus lametones me lava la ropa. Se porta  y se ha portado siempre noblemente con mis pekeños, esperando el momento de actuar. De reivindicar el derecho a la libertad de MIS perritos. Sólo los míos
 
Además, tiene un compinche. Un tipo que se muestra agradable conmigo y me da conversación a la vez que logra desviar mi atención de lo que están haciendo los perros. Siempre consigue distraerme, el muy canalla.
 
Se llama Rafa, alto, atractivo, agradable a la vista y al tacto, al que conocí allá por 1990-91 en rehabilitación, compartiendo jaula y Fisioterapeuta. También por accidente de moto. Más tarde, para mi desgracia, lo reencontré en Barañain, cerquita de casa y, como tiene perro, coincidimos de vez en cuando. Ahí está, con su lado oscuro, Fran Vader, grrr...
 
Mientras yo, confiado, estoy atento a la conversación (estos últimos años más atento todavía), ¿qué hace Bruna? ¿A qué se dedica?
Debe estar aleccionada o tiene un sexto sentido estropeado, ya que su idea, que pone rápidamente en acción, es liberar a mis yorkis. ¿Cómo lo hace? Aprovechando que habitualmente la correa que utilizo es de esas de una cuerdita delgada, la muerde sin compasión y me la rompe de un mordisco. Así de fácil. Más vale que son obedientes y su mayor acto libertad consiste en permanecer a mi lado. Y no perdonan ocasión, los muy taimados, Bruna y Rafa.. Haga calor o frío. Si llueve no, claro.
 
Como ha corrido la voz de lo que sucede, algo de lo yo me he encargado, ahora lo tiene más difícil, ya que en cuanto aparecen, se da la voz de alarma  y todos, rápida y hábilmente, soltamos a nuestros perros. Bruna busca a quien liberar, activista impenitente, pero se tiene que ir con las ganas. A Krispys no lo veréis ya que en cuanto se le suelta, va detrás de cualquier pelota que bote por allí.
 
En fin, que hay que andar con cuidado ya que me he dejado más dinero en correas que en multas (ningún en 19 años, ¡milagro!). Así que ya lo sabéis:
 
Bruna, pro libertate canes Chumari


miércoles, 3 de agosto de 2016

Triste fin para una divertida etapa

AARÓN
 
Ayer fue una tarde triste. Nos enteramos de que Aarón había fallecido. Nuestro simpático Whesti tenía 16 años, casi 17. Sin embargo, puedo imaginar cómo estará Rosa, su querida mamá y su gran amiga, porque también le echo de menos. En realidad somos muchos quienes hoy  estamos percibiendo su ausencia a pesar de no haberle visto hace tiempo.
 
Llegó a nuestro Parque, que pronto también fue el suyo, bien recibido y aceptado por la multitud de peluditos que se juntaban para pasear alegremente con nosotros, libres y contentos. Risas, ladridos, carreras, pelotas, gruñidos... eran nuestros inseparables compañeros. Luego también venía de vez en cuando Igor, bien tieso, pero éste no era muy bien recibido, sino todo lo contrario.
 
Rápidamente ganó nuestro aprecio, y junto con él, conocimos a Rosa, una persona extraordinaria. Aarón, ágil, escarbó un huequecito en su corazón y rápidamente se hizo su dueño. No era para menos. Amigos, padres, familia, en particular sus sobrinos, han disfrutado con Aarón a lo largo de estos 16 años, puesto que era un compañero de aventuras cariñoso e infatigable. A veces un poco gruñón, como terrier que ha sido.
 
Tenían sus días de fiesta, pero también se quedaba guardando la casa, lo que no le importaba, porque era su hogar, su rinconcito íntimo compartido con Rosa. Y no se aburría: cuando le apetecía, ¡ale, a ponerse al día! A ver una peli, emocionándose.
 

 
 
Una vida normal entre los que frecuentaban el parque con sus 4 patitas. Una vida tranquila, junto con algún sobresalto, como aquella noche en que Rosa se jugó el físico sacándole de las fauces del infame Thor, mientras yo me quedaba cojo, grrrr. Qué duros tienen algunos perros los... esto... duros, eso es. No obstante, la tranquilidad era la compañía habitual. Algunos se estarán riendo, yo incluido. Y Rosa también. Y me parece que la gorrita no era de su agrado. No mucho, pero...
 
Y su vida agradable, en estos últimos años se transformó. No por ello  se entristeció. Al contrario. Primero Cong y después Qing llegaron a su casa, y Aarón se convirtió en un referente que les ayudó mucho en un cambio de costumbres tan drástico, vigilando para que estuvieran seguros y contentos, convirtiéndose en el whesti terrier de la familia, atento a cualquier gesto o llamada. 

Pero los años no pasan en balde , y después, con unos cuantos añitos más,  Aarón tenía que reposar y aprovechaba mientras ellos también lo hacían. Ya habría tiempo de correr y jugar al despertarse, juntos de nuevo. Una gran familia, de verdad, y estoy, estamos, orgullosos de conocerla y ser sus amigos sabiendo que la vida nos ha llevado por distintos caminos, como era de esperar. Ya más adelante, los niños han sido responsables y cariñosos, y qué mejor forma de agradecerle a su querido Aarón todas las vigilias pasadas anteriormente que ser ellos, ya mayorcitos, quienes cuidaran de que los suspiros soñadores de Aarón no se vieran interrumpidos. 

Hay cosas que no deseo ni debo pasar por alto.  Con la muerte (y el renacer) de Aarón termina una etapa. Una etapa muy agradable y divertida, peleas aparte. Divertida he dicho, ya que a mí no me afectaban mucho, a no ser de agujetas en la tripa de tanto reírme. Me explico. Aarón y Danú eran muy grandes amigos. Paseaban, corrían, se disputaban algunas cosas.   

En fin, que daban vueltas y vueltas al Parque junto con Rosa y también con Josetxo, ambos despreocupados (bueno, Josetxo no tanto), entre risas y disfrutando de la compañía de sus perritos. Pero llegaba un momento... un momento trascendental que rompía esta armonía. Tras 2, 4, 12, 147 vueltas, las que fueran, llegaba el momento de marcharse a casa, y no sabemos por qué, no supimos adivinarlo, estos pekes se convertían en feroces terriers y en el último recodo, adivinando la despedida, se tiraban el uno contra el otro, con Rosa y Josetxo haciendo malabares para separarlos; la fiereza de Danú contra la agilidad de Aarón, y Crispis y yo observando la escena tan tranquilos. Un día y otro. Yo, como espectador, me lo pasaba en grande.
 
Y he mencionado a Crispis. Y no he podido dejar de hacerlo porque junto con Aarón y Danú fueron, durante muchos años, el trío que gobernó a su antojo la admisión en el Parque de otros perros, grandes y pequeños, por las buenas o por las malas. Daba igual. Y no es por tirarme flores, pero quien dirigía todo era mi apreciado Crispis, jejeeee... Desgraciadamente, no era la época de smartphones, móviles con cámaras y todas esas cosas, y que yo sepa, no hay ninguna foto en la que estemos juntos los 6, o al menos yo no la poseo.  

Fueron años divertidos, años entrañables. Luego vinieron los tristes, las despedidas, y ayer por partida doble porque con Aarón se apaga la última llama de estos años. Sin embargo, la oscuridad no nos domina ni dominará ya que por ahí, en algún lugar, tres peludines nos vigilan y comentan entre risas nuestro día a día, tres pekeños que nos esperan, que con paciencia nos recibirán uno a uno hasta que por fin, un día, los seis paseemos de nuevo juntos.

Y una mención especial para Iker. En estos últimos tiempos ha sido el amigo entrañable de  Aarón, y eso que durante todos estos años, desde su niñez hasta su último aliento, fue un gran compañero de sus  juegos; excepcional.  Lo ha cuidado, arropado; lo ha mimado y ha estado pendiente de todas sus necesidades. Más incluso. Aarón lo sabe y siempre le recordará, no sólo con alegría sino también con un amor infinito, un agradecimiento sin fin que plasmará velándole cada día que transcurra, para que nada malo suceda a Iker. Iker lo tendrá presente y lo echará de menos, por supuesto. Hasta el día del feliz reencuentro en que nuestro whesti acudirá a recibirle con sus orejitas hacia atrás y caracoleando.
 
Mientras tanto, Rosa también lo echará de menos, y algunas lágrimas brotarán espontáneamente de sus ojos al  mirar su rinconcito vacío y recordar a Aarón; lágrimas que no se le escaparán, sino que libremente reflejarán su alegría por haber sido compañeros durante estos casi 17 años de felicidad, 17 años de vida, 17 años de mutuo cariño.
 
 
Por Aarón. Por Danú. Por Crispis.
Estén donde estén, hoy ya juntos de nuevo e intentando con su energía que Rosa recobre la alegría.