martes, 8 de noviembre de 2016

Tempus fugit (II): Krispys en Santa Criz (II)

Santa Criz (En Eslava)
(Las Aventuras de Quinto Licinio Krispys)
Hoy vamos a contaros (Krispys me recuerda al oído muchas cosas que se me olvidan), la excursión que realizamos al  Yacimiento Arqueológico de Santa Criz, en Eslava, con los incomparables Javi e Inma. Javier y yo competimos por la mejor foto - él es más técnico y a mí me gusta más captar el momento, aunque sea un pedrusco - y al final, como siempre, la mejor foto es la de Inma con el móvil; o también con la  cámara por supuesto. Comencemos a declamar, desde la plaza del Foro, la visita a este Yacimiento, en el que se ha actuado en poco espacio, de momento, aunque de  una manera sobresaliente.
 
En cuanto paramos el TestaCorsa salió Krispys rápidamente cuesta arriba y hacia el emplazamiento, por el camino que se dirige al mismo. Nosotros fuimos detrás, claro, tranquilos y leímos información acerca de Santa Criz. Hasta el momento sólo se ha excavado el foro y la plaza adyacente, ya que los fondos no llegan. Por lo poco que se ve me atrevo a decir que hay enterrada una ciudad importante -bastante más que Pompaelo, desde luego-, y no me sorprendería que dentro de unas décadas se hallara un teatro. Llegamos a la plaza, con su criptopórtico,, muy consistente,  columnas, el foro a la izquierda y al fondo, en la foto de abajo,
 
 
 
Un entorno cuidado pero bien intervenido y asegurado para el futuro. Como era de esperar, Krispys rescató de una vida pasada su vir y correteó por todos los sitios que pudo y nos divertimos tirándole una pelota por la plaza. Está claro que los restos en el lugar (y los retirados por el Museo de Navarra) indican un lugar monumental, propio de una civitas, o tal vez tuvo alguna otra relación con Roma.  
 

Por cierto, todo desde el más absoluto respeto hacia el enclave y lo que representa. Siempre he sido partidario de que estos lugares deben ser visitados pisando sus calles, templos, lo que sea, ya que es algo que te anima a sumergirte en la época, comprender su forma de vida y tal vez, sólo tal vez, reflexionar en qué han cambiado las cosas, quizás no todas para mejorar, sino al contrario.
 
Estas paredes y columnas, que sirvieron de base para una sesión fotográfica de un par de Pilucas, nos revelan que existió una edificación que dominaba la plaza. No sé qué pudo ser. Dicen que un templo, o una basílica. En cualquier caso, la intervención realizada es fantástica.
 
Entre carrera y carrera nos acercamos a esta parte, lugar donde se ha restaurado una parte de la pared del criptopórtico, como se puede apreciar a la izquierda.
Al fondo, un poco apartada, sobreviven los restos de una torre medieval, atalaya perfecta de su entorno. Y con grandes probabilidades de ser anteriormente romana. ¡Buenos eran para eso!
También se puede apreciar un pequeño montículo cubierto de maleza, en el cual se ha podido apreciar una oppida vascorum, que fue el primitivo lugar donde se creó lo que fue Santa Criz, y el día que se trabaje en el mismo, quién sabe, tal vez nos remontemos a épocas anteriores. Tal vez.

 
Mientras mis compis realizaban una nueva sesión de fotos, yo me dediqué a lo mío: Meter las narices en todos los restos de columnas, frontispicios, etc, depositados alrededor de la plaza en lugar de ser retirados y escondidos a la vista de la gente in eternum, lo cual ayuda sobremanera a activar mi imaginación recreando el lugar en mi mente o creando, más bien, uno parecido, disfrutando de los pequeños detalles de las cosas, sin importarme estar quieto un gran rato, absorto, contemplando un capitel o cualquier otra cosa.
 
 Mientras, Krispys vigilaba, atento él, su plaza y nuestra seguridad, deseando que llegara la hora de comer ya que la visita le había parecido suficiente



Y ya nos volvimos, advirtiendo una necrópolis a lo lejos, pequeña, de momento, a la que visitaré en un futuro no muy lejano. Presiento que debo volver a Santa Criz. Hay muchos, pero muchos detalles que examinar con atención en un  yacimiento todavía pequeño pero en el que se ha realizado una intervención muy eficaz con vistas a su conservación. Posiblemente el enclave alcance las 13 Ha., lo que me hace pensar que no viviré para cuando se pueda visitar entero.
 
De momento es suficiente para que me divierta con Krispys por allí, entre campos y piedras, y un pequeño río, por supuesto. Y ya os tengo que dejar porque el peke viene en nuestra busca.

 
Aquí tenéis, si os interesa, más fotografías de nuestra visita a Santa Criz. Incluso de paneles explicativos que ayudarán a interpretar el lugar bastante mejor que mi memoria. Disfrutad.
 

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