jueves, 14 de enero de 2016

Un día muy triste

Adiós, Danú.
Hasta siempre.
 
 
Hoy, 14 de enero, por la mañana, nos ha dejado, entre lágrimas y también confortados. Lágrimas porque tras 15 años de convivencia, Danú nos ha dejado, después de que Josetxo y Blanca tuvieran que tomar tan dolorosa decisión. Por el bien de Danú. Para evitarle sufrir.
 
Confortados por su recuerdo, por las innumerables anécdotas, por su compañía. Confortados porque el cariño que siempre ha demostrado en su casa es indescriptible. Gruñón cuando tenía que serlo - que se lo pregunten a Yako - y el rey delas cabriolas cuando expresaba su contento. Sophia y Frederik son testigos excepcionales de ello. Las carcajadas que hemos podido echar cuando de repente y tras mucho tiempo pasado, les volvía a ver.
 
Si mi Crispis era famoso, Danú no lo era menos. Josetxo me lo ha explicado muy bien hace un ratito, con pocas palabras: Butch Cassidy y Sundance Kid, en el territorio del todavía no muy poblado lago. Puede parecer una exageración.
Sin embargo, no lo es tanto. El uno más zorro y Danú todo empeño y corazón. A pesar de tener su fuerte carácter terrier, jamás se pelearon. Ambos se entretenían juntos dejando claro a los demás quiénes mandaban.
 
Un perrito feliz; feliz porque su misión parecía ser corresponder al cariño recibido, y lo hacía, con ese aspecto un poco salvaje y peculiar que le confería su pelaje, algo alejado del corte faldero habitual del westy. Y eso me encantaba. Nos encantaba.
 
Siempre pendiente de su más fiel amigo, Josetxo. Siempre. Bueno, casi, ya que a veces tenía que partir veloz a explicar a algún peludito de quién era el parque. Después, su mirada y atención siempre se dirigían a su amigo. ¡Qué tiempos y qué recuerdos.
Liderando una amplia y variopinta manada de casi veinte perritos por el parque (eran otros tiempos, claro), sus correrías eran comentadas muchas veces. Salíamos, nos divertíamos, reíamos, correteaban sueltos por la hierba... eran felices. Y por ello, la felicidad encontrada Danú la entregaba apasionado en su hogar, compartiéndola hasta más allá del límite.
 

Adiós, Danú. O hasta la vista. En todo caso, ten la seguridad de que sigues y seguirás vivo entre nosotros, y  sonreiremos cuando te recordemos, con esa extraña mezcla de nostalgia, cariño y alegría que nos acompaña siempre cuando perdemos a un ser querido.
Hasta siempre, Danú
 

 

jueves, 7 de enero de 2016

Ya vieneeeeeeen los Reyeeeeeeeeeees...

¡Pero los Reyes Magos!
 
¡Por fin!
Este año los esperaba con una gran ilusión ya que había estado los días atrás olisqueando los preparativos del evento y no iba a dejar pasar la ocasión de hincar el diente a tan sabrosos manjares, como así ha sido.
 
Mmmmmmmmm... ¡Qué alegría! ¡Cómo me he puesto! En realidad como casi todos los días, con la salvedad de que estábamos más gente reunida. y seguro que os estáis pensando: "Este Krispys ha comido 7 veces pòr lo menos mendigando y exigiendo bocaditos a los comensales". Pues no, porque el carcam... digo... el jefe (sin infiltrar) dio órdenes muy precisas y desde hace unos días nadie me da nada. La excusa es que si vamos a comer fuera  me tengo que comportar etc, etc, etc. Tonterías, porque como no salgamos a la terraza, no sé dónde.
 
 
 
 
También me trajeron un regalo:  Un compi de trapo al que derribé un montón de veces, casi desorejé y arrastré sin pausa hasta quedar exhausto. Es el que está enfocado en la foto (puaf). le llamaré Hastaluego porque  ahí está, en el Testacorsa, olvidado hasta no sé cuándo.
 
 
 
 
Ya estoy pensando en el Año que viene, y ya sé qué voy a pedirles que traigan, pero no para mí, sino para él, un ser abatido, hundido, desengañado, que a pesar de que ríe no se le oye reír; postrado, ni siquiera me hace todo el caso que le exijo.
 
Le pediré alegría y sobre todo ilusión, que se de cuenta de que después de hoy hay un mañana, y después un pasado mañana; que se parezca un poquito al que conocí, que se le alineen los chacras y no se deje vencer; que más allá de un compás de 90º y unos pocos kilómetros hay que ver el horizonte que existe, que le espera. Todo eso y mucho más. Más todavía de lo que le ofrezco incansable.
 
Tanto es así que voy a comenzar la redacción ya mismo: