jueves, 7 de enero de 2016

Ya vieneeeeeeen los Reyeeeeeeeeeees...

¡Pero los Reyes Magos!
 
¡Por fin!
Este año los esperaba con una gran ilusión ya que había estado los días atrás olisqueando los preparativos del evento y no iba a dejar pasar la ocasión de hincar el diente a tan sabrosos manjares, como así ha sido.
 
Mmmmmmmmm... ¡Qué alegría! ¡Cómo me he puesto! En realidad como casi todos los días, con la salvedad de que estábamos más gente reunida. y seguro que os estáis pensando: "Este Krispys ha comido 7 veces pòr lo menos mendigando y exigiendo bocaditos a los comensales". Pues no, porque el carcam... digo... el jefe (sin infiltrar) dio órdenes muy precisas y desde hace unos días nadie me da nada. La excusa es que si vamos a comer fuera  me tengo que comportar etc, etc, etc. Tonterías, porque como no salgamos a la terraza, no sé dónde.
 
 
 
 
También me trajeron un regalo:  Un compi de trapo al que derribé un montón de veces, casi desorejé y arrastré sin pausa hasta quedar exhausto. Es el que está enfocado en la foto (puaf). le llamaré Hastaluego porque  ahí está, en el Testacorsa, olvidado hasta no sé cuándo.
 
 
 
 
Ya estoy pensando en el Año que viene, y ya sé qué voy a pedirles que traigan, pero no para mí, sino para él, un ser abatido, hundido, desengañado, que a pesar de que ríe no se le oye reír; postrado, ni siquiera me hace todo el caso que le exijo.
 
Le pediré alegría y sobre todo ilusión, que se de cuenta de que después de hoy hay un mañana, y después un pasado mañana; que se parezca un poquito al que conocí, que se le alineen los chacras y no se deje vencer; que más allá de un compás de 90º y unos pocos kilómetros hay que ver el horizonte que existe, que le espera. Todo eso y mucho más. Más todavía de lo que le ofrezco incansable.
 
Tanto es así que voy a comenzar la redacción ya mismo:
 


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