martes, 8 de noviembre de 2016

Sólo ha sido un sueño.

Playa Bolonia
 
Tarifa, Trafalgar, Caños de Meca... lugares que desde hace años de atraen, me seducen, que exigen mi presencia. ¿Por qué? No lo sé. Supongo que tal vez lo descubra si alguna vez acudo.
 
Con el peludito. Esta mañana lo he visto allí. Al marchar a comprar el pan se ha adelantado y al volver una esquina, como tantas otras veces, se ha encontrado con un fuerte viento de frente (por algo a Barañain se la conoce como Buenos Aires); Y como tantas veces, se ha erguido,   desafiándolo, estirándose, notando cómo el pelo de su cabeza flamea como la vela d una pequeña embarcación; atento, satisfecho, feliz olfateando toda la información que el viento le aporta.
 
No me ha costado nada imaginármelo en esas extensas playas, algunas con piscinas naturales, corriendo con el viento como adeversario y rebozándose en la arena una y otra vez, una y otra vez, corriendo y saltando entre las olas tal y como nos sorprendió en su día en Hendaya; persiguiendo la pelota, el baloncito, los palos...


Mientras tanto, yo disfrutaría también contemplando a los afortunados practicantes de un deporte que desconocía. Deporte que ha logrado captar mi atención, algo muy difícil desde que me vi forzado a dejar la bicicleta: el Kite-surf, que aprovecha el viento, entrenamiento y buen hacer de sus aficionados para realizar fantásticas acrobacias. Al mismo tiempo, el sonido del mar ne relajaría enmascarado en su resbalar por los micros
 
Y aquí estamos, sin tener que hacer 1000 kilómetros, viendo fotos de Baelo Claudia sin tener que   hacerlas yo,  relegando las arqueorutas para otros viajeros con más suerte que  quieran ver el testimonio de  nuestro pasado.
 
Krispys y yo seguiremos aquí,  vegetando yo y trasteando él todo lo que pueda, a la vez que me siento inmerso en una inclemente desesperación por no poder ofrecerle poco más que mi compañía. Krispys se merece más. Precisamente ahora viene con un peluche para que le acompañe. Nos vamos.
 
 
 

Sorpresa: ¡Tengo dos Krispys!

Krispis II
¡Qué guapo es!

 
 
¡Krispys II!  Ayer me dieron una grandísima sorpresa. ¿Y quién me la dió? ¿Quién me alegró la cara con una gran sonrisa? Pues fue...
¡MAITE!
Qué bien dibuja y qué guapo está en el cuadro. Recuerdo que fue ella quien eligió la foto que más le gustó para tomarla como modelo. Y además sabemos, Krispys y yo, que lo ha dibujado y pintado con mucho cariño. Y eso se  nota.
 
Por la noche estuvimos pensando dónde colocar el cuadro, y a Krispis le gustaría ponerlo al lado de su hermanito Lucas, para acompañarle. Que Maite también quería a Lucas, y Lucas a ella.
Después de darnos el cuadro, estuvieron jugando con la pelota y también bajó su amiga Paula. Y por si fuera poco, estaba paseando Kira, nuestra nueva amiga, que también se divirtió con todos. Hasta Lucho le tiró un gruñido, pero sólo para que le dejara en paz. Es muy divertida y alegre, y tampoco para quieta. Se está haciendo muy amiga de Krispys. Como éste es tan fino e incapaz de hacer daño a una mosca -es un decir, porque la curiosidad le podrá-, Kira se lanza contra él haciendo cabriolas. Cuando mejore el tiempo y salga el sol habrá que utilizar el vídeo.
 
Después fuimos a ver la gran colección que Maite tiene en casa y estooo... ejem... a pedir pan para la cena porque no tenía. Amablemente, me lo dieron.
 
Ahora estamos deseando que llegue el martes para jugar otra vez con Maite y con Paula, si es que no nos vemos antes.
 
 

Tempus fugit (II): Krispys en Santa Criz (II)

Santa Criz (En Eslava)
(Las Aventuras de Quinto Licinio Krispys)
Hoy vamos a contaros (Krispys me recuerda al oído muchas cosas que se me olvidan), la excursión que realizamos al  Yacimiento Arqueológico de Santa Criz, en Eslava, con los incomparables Javi e Inma. Javier y yo competimos por la mejor foto - él es más técnico y a mí me gusta más captar el momento, aunque sea un pedrusco - y al final, como siempre, la mejor foto es la de Inma con el móvil; o también con la  cámara por supuesto. Comencemos a declamar, desde la plaza del Foro, la visita a este Yacimiento, en el que se ha actuado en poco espacio, de momento, aunque de  una manera sobresaliente.
 
En cuanto paramos el TestaCorsa salió Krispys rápidamente cuesta arriba y hacia el emplazamiento, por el camino que se dirige al mismo. Nosotros fuimos detrás, claro, tranquilos y leímos información acerca de Santa Criz. Hasta el momento sólo se ha excavado el foro y la plaza adyacente, ya que los fondos no llegan. Por lo poco que se ve me atrevo a decir que hay enterrada una ciudad importante -bastante más que Pompaelo, desde luego-, y no me sorprendería que dentro de unas décadas se hallara un teatro. Llegamos a la plaza, con su criptopórtico,, muy consistente,  columnas, el foro a la izquierda y al fondo, en la foto de abajo,
 
 
 
Un entorno cuidado pero bien intervenido y asegurado para el futuro. Como era de esperar, Krispys rescató de una vida pasada su vir y correteó por todos los sitios que pudo y nos divertimos tirándole una pelota por la plaza. Está claro que los restos en el lugar (y los retirados por el Museo de Navarra) indican un lugar monumental, propio de una civitas, o tal vez tuvo alguna otra relación con Roma.  
 

Por cierto, todo desde el más absoluto respeto hacia el enclave y lo que representa. Siempre he sido partidario de que estos lugares deben ser visitados pisando sus calles, templos, lo que sea, ya que es algo que te anima a sumergirte en la época, comprender su forma de vida y tal vez, sólo tal vez, reflexionar en qué han cambiado las cosas, quizás no todas para mejorar, sino al contrario.
 
Estas paredes y columnas, que sirvieron de base para una sesión fotográfica de un par de Pilucas, nos revelan que existió una edificación que dominaba la plaza. No sé qué pudo ser. Dicen que un templo, o una basílica. En cualquier caso, la intervención realizada es fantástica.
 
Entre carrera y carrera nos acercamos a esta parte, lugar donde se ha restaurado una parte de la pared del criptopórtico, como se puede apreciar a la izquierda.
Al fondo, un poco apartada, sobreviven los restos de una torre medieval, atalaya perfecta de su entorno. Y con grandes probabilidades de ser anteriormente romana. ¡Buenos eran para eso!
También se puede apreciar un pequeño montículo cubierto de maleza, en el cual se ha podido apreciar una oppida vascorum, que fue el primitivo lugar donde se creó lo que fue Santa Criz, y el día que se trabaje en el mismo, quién sabe, tal vez nos remontemos a épocas anteriores. Tal vez.

 
Mientras mis compis realizaban una nueva sesión de fotos, yo me dediqué a lo mío: Meter las narices en todos los restos de columnas, frontispicios, etc, depositados alrededor de la plaza en lugar de ser retirados y escondidos a la vista de la gente in eternum, lo cual ayuda sobremanera a activar mi imaginación recreando el lugar en mi mente o creando, más bien, uno parecido, disfrutando de los pequeños detalles de las cosas, sin importarme estar quieto un gran rato, absorto, contemplando un capitel o cualquier otra cosa.
 
 Mientras, Krispys vigilaba, atento él, su plaza y nuestra seguridad, deseando que llegara la hora de comer ya que la visita le había parecido suficiente



Y ya nos volvimos, advirtiendo una necrópolis a lo lejos, pequeña, de momento, a la que visitaré en un futuro no muy lejano. Presiento que debo volver a Santa Criz. Hay muchos, pero muchos detalles que examinar con atención en un  yacimiento todavía pequeño pero en el que se ha realizado una intervención muy eficaz con vistas a su conservación. Posiblemente el enclave alcance las 13 Ha., lo que me hace pensar que no viviré para cuando se pueda visitar entero.
 
De momento es suficiente para que me divierta con Krispys por allí, entre campos y piedras, y un pequeño río, por supuesto. Y ya os tengo que dejar porque el peke viene en nuestra busca.

 
Aquí tenéis, si os interesa, más fotografías de nuestra visita a Santa Criz. Incluso de paneles explicativos que ayudarán a interpretar el lugar bastante mejor que mi memoria. Disfrutad.
 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Dos años ya

¡Dos añitos de FELICIDAD!
 
Hoy se cumplen dos años desde que Krispys llegó a nuestra vida. Qué lejos parece quedar aquél día en que mi hermana y yo fuimos a recogerle a... ya ni me acuerdo, ¡pero era antes de Madrid!. Allí estaba Rosa, sonriente, con Krispys en su transportín, y nos vinimos a Barañain.
 
Más contento que unas Pascuas,  comenzó ese tiempo que no acaba nunca, porque se inició un día a día, en el transcurso de los cuales Krispys ya no es mi pequeñín sino también el de mi familia, y el inseparable amigo de Kira (qué celosa se ha puesto hoy porque el peke quería... esto...  ¡vamos!, que le atraía fuertemente otra yorki, Estrella. Corretea sin dudarlo y comparte también su tiempo con Sira, Tina y con muchos otros.
 
 
Quienes tenéis un amigo peludo me comprendéis perfectamente. Llegó a nuestra vida para intentar llenar un vacío tremendo. No lo ha conseguido, pero no es culpa suya, porque no lo sabe - o éso creo - ya que Lucas y Simón nunca abandonarán ese rescoldo de culpabilidad que siempre me acompañará. Sobre todo Simón. Krispys juega, Krispys come, Krispys duerme, Krispys me besa. Krispys no se pone encima y no duerme a mi lado si no es por equivocación. Se asusta de cualquier sonido, y eso se debe a que mi casa es más silenciosa que un monasterio de clausura, y se sobresalta a la mínima.
 
Da igual. Hoy recibirá la lasaña que le ha dado mi hermana y que tanto le gusta. No disfrutará porque engulle a una velocidad muy difícil de apreciar, el muy bandido.

Esta noche tendré que abrigarlo, ya que aparte del fuerte frío, se ha levantado ese viento norte tan típico de aquí, y como no tengo nada que lo detenga por los alrededores, más vale prevenir un poco  aunque no recuerdo verle quejarse de frío a no ser que se haya mojado mucho, cosa que hará porque la hierba está muy húmeda.
 
De todas formas, hoy :