miércoles, 28 de diciembre de 2016

¿Dónde estás? ¿Dónde te has escondidio? Te echo de menos...

URKO
 
Hace Tiempo, unos cuantos meses ya, que Urko ya no viene a visitarnos a la plaza. Y es  una pena. Urko es... ¡Huy! ¡Perdón! ... era un precioso cachorrito de pastor alemán amigable, simpático, juguetón... ¡Grande!, muy grande. Apenas tenía tres o cuatro meses cuando jugábamos ante la atenta mirada de Chumari. ¡Bah! Se cree que yo no puedo arreglármelas solo. Lo de salir corriendo al menor sobresalto es puro teatro, que lo sepáis.

Creo que es el único perrito con el que su juego conseguía que me olvidara de la pelota. Aunque fuera por breves momentos. Ya dice bastante de lo alegre y juguetón que es, y sobre todo que me trata con... eje...  cómo lo diría: Con delicadeza. No como otra que yo me sé .
 
No obstante, hace meses, como ya he dicho, que no viene.  Chumari me dice que se ha hecho muy grande y se reúne con perros de su tamaño, y que el humor también le ha cambiado; que por ello evita su pasar ante nosotros para ir al asqueroso-pipi-can o cualquier otro lugar donde pueda correr a gusto, sin preocuparse de esos señores tan amables y atentos, que alguna vez han venido a hablar con él y tomar nota de qué quiere que le traigan para comer.  O éso supongo, porque se pone de mal genio y no me cuenta nada.
 
Aunque... hummmmm... tal vez es porque mira a la chica que pasea con Urko de reojo, un gesto que conozco de sobra y del que no me cuenta nada de su significado. Parece tonto.
 

 
¡¡¡¡¡Urkoooooooooooooooooooooo!!!!! Si regresara de vez en cuando para seguir jugando, que contento estaría. Mientras tanto, me contentaré con tirar de los bigotes a Leo aunque últimamente prefiere jugar con ésa, con Kyra , esa sinvergüenza.
 
En fin,  seguiremos esperando a Urko, Chumari y yo.
 
 


 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario