lunes, 16 de febrero de 2015

Cambio odio, resentimiento...

...Por cariño, alegría y juegos.

Pues sí, sin duda. Son sentimientos que sé que no debería haber dejado que me dominaran, pero no me arrepiento de haberlos tenido. Ni pizca.

Afortunadamente, el pekeñajo no me deja en paz: no me deja centrarme en nada, y me tiene frito con la decena de pelotas de ping pong que le he arrojado a su alrededor. Ya sólo quedan 2 ó 3 en servicio. Las demás, en su sitio habitual. O sea, "guardadas" debajo del sofá.

Cómo le gusta jugar con ellas. Le caben perfectamente en la boca, no cesa de hacer cabriolas y traérmelas para que se las lance.
Con lo cual, volvemos a la feliz rutina de acompañarnos y vivir intensamente el uno para el otro, sin rencores y dentro de poco con rodilleras, ya veréis.
Qué suerte tengo. Me dejo llevar por Krispys y todo es más divertido y mucho más sencillo. Hasta el paseo bajo la lluvia que nos está esperando.



2 comentarios:

  1. pues a Pumba con lluvia no lo sacas, jajaja

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  2. Debe de ser porque no le pones gorrita. Aunque tal vez sea porque tampoco te apetezca mucho, ¿eh? :-))))))))

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