Playa Bolonia
Tarifa, Trafalgar, Caños de Meca... lugares que desde hace años de atraen, me seducen, que exigen mi presencia. ¿Por qué? No lo sé. Supongo que tal vez lo descubra si alguna vez acudo.

Mientras tanto, yo disfrutaría también contemplando a los afortunados practicantes de un deporte que desconocía. Deporte que ha logrado captar mi atención, algo muy difícil desde que me vi forzado a dejar la bicicleta: el Kite-surf, que aprovecha el viento, entrenamiento y buen hacer de sus aficionados para realizar fantásticas acrobacias. Al mismo tiempo, el sonido del mar ne relajaría enmascarado en su resbalar por los micros
Y aquí estamos, sin tener que hacer 1000 kilómetros, viendo fotos de Baelo Claudia sin tener que hacerlas yo, relegando las arqueorutas para otros viajeros con más suerte que quieran ver el testimonio de nuestro pasado.
Krispys y yo seguiremos aquí, vegetando yo y trasteando él todo lo que pueda, a la vez que me siento inmerso en una inclemente desesperación por no poder ofrecerle poco más que mi compañía. Krispys se merece más. Precisamente ahora viene con un peluche para que le acompañe. Nos vamos.