miércoles, 12 de agosto de 2015

La pelota

Exhausto, pero no vencido




Holaaaaaaaaaaaaaa... Ya he comentado alguna vez la pasión de Krispys por compartir con los demás su juego con la pelotita. Incluso pensaría que es una peligrosa obsesión si no fuera por lo bien que lo pasamos todos, el peke el que más. Y le gusta compartirla y que juguemos con él. Nada de perseguirlo para rescatarla, sino todo lo contrario: la deposita con cuidado en nuestra mano o a nuestros pies.



Va a cumplir un añito, el primero de muchos, y a pesar de una convivencia continua, sigue sorprendiéndome, lo cual le agradezco mucho más de lo que se  imagina e intento devolverle mi alegría, aunque sé que con nuestras mascotas siempre quedaremos cortos en ello.

No hace muchos días no quería acercarse a Óscar y Ana, dos personas extraordinarias que conocieron a Crispis, Simón y Lucas, disfrutando mucho con ellos. Y llegó Krispys, cariñoso como pocos quien sin embargo no quería acercárseles ni obligado. Mas se produjo un gran cambio.

Desde hace pocas fechas, en cuanto nos acercamos a la plaza, Krispys tira de la correa mostrando un tremendo empuje y, claro, lo suelto. Y allí que sale, cabeza agachada y las orejitas hacia atrás. Si ve a Mª Antonia, se le echa encima y la devora a lengüetazos, con pasión, sin vergüenza. Y si Pili está a su lado, también.

Sin embargo, su carrera no ha terminado, y continúa veloz  hasta el otro extremos de la plaza, donde Óscar y Ana disfrutan de un rato agradable sentados en el banco. Porque ahora no es sólo que se les acerque, sino que son sus compañeros de juegos de esos momentos. El motivo de este cambio fue la pelota; cualquier pelota. Una pelota que apasiona al peke y le hace entregarse a la gente para que participen de sus juegos.



Y así pasamos el tiempo. Yo de arrinconado espectador, y los otros tres jugando con la pelotita. Da igual el tiempo transcurrido, Krispys corre y corre tras la pelota para dársela de nuevo y comenzar otra carrera. Por supuesto, se fatiga y su retorno (no la búsqueda) se ralentiza y a veces se detiene un ratito a descansar.


Sin embargo, resurge y continúa con el juego, hasta que por fin llega la hora de retirarnos, con gran alegría por mi parte, porque de nuevo Krispys será mi fiel compañero, compartiendo todos nuestros momentos, y al que no tengo en cuenta para nada estas infidelidades; muy al contrario, me producen una gran alegría.
 
Por cierto: Hay que agradecer a Óscar ser el autor de las fotos y vídeos de esta entrada. Gracias, Óscar.





No hay comentarios:

Publicar un comentario