martes, 25 de agosto de 2015

Primer cumpleaños

Con retraso

 
Un poco tarde, es verdad. El pekeño Krispys cumplió su primer añito este pasado día 19. Creo que es la primera vez que dejamos pasar un cumpleaños de nuestros amigos de una manera muy sutil, pasando por encima, tal vez con... ¿temor? Sí, podría ser.
 
En nuestro devastador recuerdo se encuentran Simón y Lucas (Crispis vivió su ciclo)  y el pánico, al menos el mío, a perder de nuevo a mi gran amigo y compañero, supera cualquier defensa que interponga. ¿Superaría una muerte pronta? No he superado las anteriores, y esta... me callo, porque alguna colleja me llevaría, desde luego.
 
Ni siquiera tuvo sesión de fotos: Desde el móvil y con sus efectos, nada más. Ni tarta, ni pasteles, ni premios... Al menos lo llevé con mi madre y mi hermana, que aplaudieron su llegada y le felicitaron como se merece, sintiéndose feliz, como sólo él sabe demostrar.
 
Lo siento, Krispys, este año no ha podido ser. Con un poquito, sólo un poquito de esfuerzo, celebraremos este año el día que te conocí, como anticipo de tu cumpleaños número 2. Prometido.
 
Porque, ¿qué ha sido este tiempo de convivencia? Dejando aparte fregonas, periódicos y trastadas varias, ha sido una época de entretenimiento y felicidad, con un perro hiperactivo que no te abandona en ningún momento del día (por la noche se desplaza entre sus 6 ó 7 camitas desperdigadas por ahí, o donde haga falta), excepto cuando le miro de reojo y se marcha apenado. Una compañía exigente y hermosa, de total entrega. Tanto, tanto, tanto... que aumenta mi desmedido temor a que desaparezca.
 
Bendito el día que llegaste, Krispys. Felicidades, aunque tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario