viernes, 24 de abril de 2015

En la selva...

... pero cerquita de casa

Ya os contaba recientemente que a Krispys le encantaban las flores. No, encantar no es la palabra indicada. En realidad le gustan; sin aceite ni ajo. En crudo, sin importar tamaño ni color. Y la hierba. Y las ramitas. Todo un depredador vegetal.

Enfrente de casa tenemos campos de trigo y cebada por los que alguna vez corretea, y si sigue así le voy a tener que poner una banderita para localizarlo cuando crezcan más los cultivos. Aunque también él ha pegado un estirón estos días.

Y las plazas a derecha e izquierda de casa estaban en pleno apogeo primaveral, verdes, salvajes, con margaritas y otras flores amarillas que se escondían al atardecer para resurgir brillantes a media mañana, cuando el sol triunfaba sobre Mordor.

Y Krispys feliz. Correteando de montoncito en montoncito de hierba, saciando su apetito primaveral con cualquier flor que pudiera pillar, una y otra vez, goloso y contento, sin ver un horizonte rodeado de praderas casi impenetrables para su tamaño.

Entonces metí la pata. Sí, yo. Otra vez, como siempre. Se me ocurrió mencionar en cierta página de Facebook, espiada por nuestros representantes municipales (espiar es la palabra que mejor define su presencia oculta y anónima, como si no supiéramos que están ahí, expectantes y furiosos), que Krispys y yo disfrutábamos mucho con esta situación, ya que nos evitaba escaparnos al campo.

¿Y qué ha pasado? Pues que uno de esos "ojeadores" que no debe apreciarnos mucho ordenó que desde primera hora de la mañana siguiente se cortara a ras de suelo y se recogiera la hierba de todas las plazas, dejándonos con las ganas y a la vista de una policía que en estos últimos días ha dado más de tres veces muestras de estar acechando, en nuestra caza y captura, y pillarnos cuando le dejo corretear libremente por aquí. No lo han conseguido. Todavía no.

Y le han fastidiado al perrito. Ya no hay flores ni crecerán.

¿Se deberá tan pueril actitud a que dentro de nada son las elecciones locales? ¿Se habrán molestado al ver esta foto, que otra beriniainesa la comparó con estar en la Selva de Irati? ¿Serán cazurros?

No importa, ya que tanto como Krispys como yo vamos a salir ganando con esta situación: Lo subiré al coche (porque él no trepará voluntariamente al mismo) y nos iremos a pasear por las cercanías, disfrutando de flores, hierba, sombras y árboles. Espero que no le de por perseguir lagartijas, porque a los mirlos de por aquí los tiene fritos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario