miércoles, 8 de abril de 2015

Las flores

Nada por aquí...

Hoy ha tenido un día movidito: No ha parado nada nada nada... Bueno, ahora sí. Lo tengo ahí tirado, detrás, esperando su momento para tomarme al asalto, una y otra vez.

A la mañana, un terremoto peludo, corre que te corre. Y a mediodía, las fotos las he tomado en períodos de meditación, rodeado de flores, saltando y revolviéndose, jugando con Roko... disfrutando.

Nada por allá... 

Rodeado de margaritas y estas otras florecillas silvestres amarillas, calculaba con placer cuál sería su próximo movimiento. Tampoco me hacía gracia estar quieto porque, aunque luce el sol, hacía un frío de mil diablos gracias a nuestro gélido cierzo, tan insolente en Barañain.

¡Esta es la mía!

Y por fin ha sacado su vena más romántica: Se ha decidido por las amarillas, que debían tener mejor olor y saborcito. Una tras otra, 4 ó 5 le han dado un toque primaveral a su estómago. No se lo he impedido porque se le veía satisfecho y porque todavía no han abonado la hierba, por supuesto. No obstante, a la hora de comer ha mostrado más deferencia al muslo de conejo.

Y a la tarde... ufff... De 18 a 21 horas no ha parado, para nada. Bueno, sí, un par de veces a beber agua. Nada más salir se ha encontrado con Romeo, un bichón maltés con tantas ganas de juerga o más que Krispys, y ya cuando se iba han aparecido Maite y Paula, y ahí han estado los tres con la pelotita.

Al final, con el frío y vendaval reinante, no he tenido más remedio que encarar la ruta del parque porque apenas había levantado la patita en toda la tarde, y no quiero "disgustos" por la mañana, al levantarme.

Además, mañana nos vamos a Pamplona. A ver qué tal se nos da el día.


No hay comentarios:

Publicar un comentario