miércoles, 3 de diciembre de 2014

Tiene pelotas la cosa

Tiene pelotas la cosa

Aquí está, aferrado a su ciempiés multicolor, al que ya le faltan varias patas. Incansable, como debe de ser.

Hoy ha descubierto lo divertido que le puede resultar traerme la pelotita que le lanzo lejos, tras haber liquidado ayer a un lagarto. Sale veloz a recogerla, mejor la de pingpong que la de tenis, y regresa más deprisa si cabe. Y a la voz cómplice de "dámela" la deposita suavemente en mi mano para seguir con el juego.

Afortunadamente, estos días estoy en casa de mi madre y es ella la que se ocupa en entretenerlo -¿o tal vez al contrario? Da igual- y me dejan un amplio margen para "maquetear" tranquilo.

No le gusta salir por aquí. El tráfico y os coches le asustan, aunque no el contacto con la gente, sobretodo de sexo femenino ya que está claro que aunque tengan la misma sensibilidad, tienen menos reparos en mostrarla y coger en sus brazos y achuchar a Krispys. Y en despertar mi envidia, grrrrr...

Ayer a la tarde estuvimos un ratito en Barañain y fue feliz correteando por su entorno olfateando, marcando, corriendo, jugando, mientras me ponían un poco al día sobre mis andanzas con CESPA y Ayuntamiento. Todo un hito que va a tener continuidad.

Dentro de poco nos iremos a Noain, donde disfrutará con los sobrinos y sobre todo con la comida, porque seguro que algo le caerá. Qué menos.

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