martes, 3 de marzo de 2015

Cuesta arriba, cuesta abajo...

No es inteligente ni nada, el peke!!!
Hoy ha hecho un buen día y hemos ido  de nuevo al parque. Como se podía esperar, no ha parado quieto, incordiando a sus compañeros (tooooooooodos blancos), menos a Gus, por si las moscas. (Es un cascarrabias, como MamáGus)

Y paseando, paseando, han sacado una castaña para que jugara Rita y, como era de esperar, se la ha apropiado Krispys, ya que tenía ventaja al estar suelto.

La cogía con la boca, la tiraba al aire, la empujaba con sus patitas... feliz, vaya. Y con ella en la boca hemos seguido paseando (en la boca de Krispys, claro).

Enseguida hemos legado al "anfiteatro", con su fuerte cuesta de hierba que lo rodea. ¿Y qué ha ideado el peke para divertirse?



Subía con la castaña en la boca, la dejaba en el suelo y después la echaba a rodar cuesta abajo, una y otra vez, empujándola con el hocico o las patitas.

Arriba, abajo. Sube, baja. Una y otra vez. ¿Creíais que iba a decir incansable? Pues no, porque cada vez subía menos trecho de cuesta, y por fin, además, descansaba un ratito antes de echarla a rodar. Pero es que habrá estado media hora o más subiendo y bajando.

Y yo allí, contemplando; de pie, riendo las gracias de los paseantes que de vez en cuando se acercaban, muertos de risa, a realizar algún comentario. Pero henchido de gozo y orgullo, viéndolo disfrutar y pensando en cómo se le habría podido ocurrir tal juego.

Porque, de verdad, nunca hemos practicado nada que se parezca a eta acción. Su inteligencia y ganas de pasarlo bien lo han conseguido. Dicen que los perros se parecen a sus dueños (no me gusta esa palabra), pero seguro que me iría mejor si yo me pareciera a él.

Por cierto, que mis encantadoras amigas me han dejado allí tirado. Extasiado, pero abandonado. Y lo anoto aquí para recordárselo, aprovechando que mañana no estaré y no podrán tirarme del pelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario