lunes, 2 de marzo de 2015

Krispys cazapatos

La cosa promete.

Y no como un servidor, que creía que le había sacado un par de fotos en plena caza y nada, ni la sombra he pillado.

Hoy, por fin, no ha llovido. Todavía. Aunque la tierra de los parques está anegada. Y, tontamente, hemos estado casi 5 horas, paseando yo, y corriendo, saltando, incluso sólo andando, el incansable Krispys. Sólo una pequeña pausa en que le he subido a casa para bañarlo y secarlo. Pero después, al gran parque.

Ha conocido nuevos colegas, ha corrido y jugado con ellos y también con otros más allegados. En un momento dado ha percibido a una pareja de patos, con sus cua-cuas, y se ha dirigido hacia ellos como un meteoro.

Los ha acosado un rato desde detrás de la mini-barandilla que rodea el lago, y les ha seguido en su vuelo. Y la casualidad ha querido que pararan a pocos metros de una rampa de acceso al agua, y sin protección alguna. 

A pesar de mi llamada se ha lanzado a por ellos, y afortunadamente se ha parado cuando el agua le llegaba a las rodillas. O sea, enseguida. Y ahí se ha quedado, rremoloneando y ladrándoles, con ganas de zambullirse pero a la vez reticente.

Y menos mal, porque ya me veía otra vez con agua y jabón. Con lo asqueroso que está ese lago: parece la bañera de "El vengador tóxico" (uno de mis ídolos de cómic).
Muy guapo no es, pero sus pelis son muy divertidas, así como los cómics.

La foto del pekeño es de ayer a la mañana, y en ella está atento a los pajaritos que hay tras la valla, con la esperanza, supongo, de recibir un picotazo, porque otra cosa...


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