miércoles, 25 de marzo de 2015

Krispys en Mordor

Bajo el ojo de ChuSauron

Sí, sí, que no es para reírse. Viento, lluvia, mucha lluvia. Frío, mucho frío. Y en vez de volcanes, nos rodea la nieve. Unos pocos días pre-primaverales, y hemos vuelto a abrigarnos, con más desgana, si cabe.

Con lo poco que le-nos gusta pasar un montón de rato preparándonos para salir. El pobre Krispys, desde que aquél noviembre salió de su Comarca, sólo se ha encontrado agua, frío, viento, nieve, hielo, algún día de calor. Y cariño, mucho cariño, por parte de toda La Compañía.
Sin embargo, está creciendo; y en este viaje está intentando buscar su lugar en la Tierra Media, y no le da ningún miedo provocar a ChuSauron, tanto en casa como en la calle.

En la calle buscando, en cuanto sale, el pan élfico que tiran desde las ventanas para alimentar a las palomas, y de paso, todo lo que pilla; desobedeciendo cuando le viene en gana, provocando la ira de ChuSauron. Y jugando, jugando, jugando... detrás de la pelota, los objetos que se lleva el aire... lo que sea.  Pero sintiendo la mirada que todo lo ve.
Y en casa, jugando, pero también peleando con La Mano, aunque no sea portadora de ningún anillo, lanzándose bravamente hacia ella para mordisquearla y empujarla sin compasión, pero con pasión, y a veces ira desatada, con la vana esperanza de vencerme, porque si alguna vez sale victorioso, sabrá que ha ganado su primera batalla en la conquista de Su Tierra Media.

Y eso no lo puedo consentir porque no tengo ninguna gana de tener que huir y cambiar de domicilio.

Ha comenzado la guerra: La mirada limpia y el corazón bravo, audaz e inconsciente de Krispys, contra la paciencia, berridos, correa en mano, de ChuSauron.

¿Quién vencerá? Yo apostaría por mí, pero tiene muchos y poderosos aliados.


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