sábado, 22 de noviembre de 2014

Krispico Delgado,
Rey de la Montaña

Ya tenemos un nuevo campeón. Esta noche, a las 5,30, un elefante de trapo se restregaba contra mi oreja izquierda.  Causante: Krispis, que por primera vez ha tomado la iniciativa de subir por su cuenta la temible rampa que termina en la cama. Se lo ha debido de pasar bien ya que ahora forma parte de sus hábitos para el descanso. ¡Pero que no me despierte, leñe!

Ha debido ser una venganza ya que ayer estuvo semirrecluído. ¿Por qué? Pues porque estoy pintando mi nueva estanteria "rodante" que acogerá mis viejas publicaciones, tomos, libros, revistas, facsímiles, etc de modelismo, que ahora están perdiendo el tiempo en el trastero. Así las tendré a mano para recordar técnicas y cosas así que me ayuden.

Por lo demás, se porta bien: juega con los perritos y perrazos, comienza a utilizar la calle más que la casa como depósito orgánico (a ver si se aplica un poco más), juega, se enfada; hoy ha marcado un pájaro con su patita y también se rebela ante la vista de la correa que lo quiere atar. Y cómo corre el muy pillo.

He comenzado en estos días un intercambio de palabras, más bien agrio, acerca del tipo de comida que debo darle al peke, en  un futuro. Pienso para perros únicamente, o complementarlo con comida "normal" para nosotros en su dieta. Considero mucho más acertado darle una dieta rica y variada de carnes diferentes, legumbres, verduras, pescado, frutas, etc, a sólo pienso, que a fin de cuentas es lo que lleva.

Esas conversaciones son un camino sin retorno, con un final desagradable, porque aunque lo nieguen, la muerte de Lucas ronda en sus palabras aunque no la nombren, y estoy seguro de que no tuvo nada que ver.

Krispis seguirá con las comidas que he dado a mis otros perritos, que tan sanos y contentos estaban, y no se hable más.

Mientras, como está roque, haré, o intentaré hacer, alguna de las muchas cosas que su compañía ha relegado a un lugar lejano.

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