lunes, 10 de noviembre de 2014

Te lo repito:
IN-CAN-SA-BLE


Sí, señores, incansable. No como yo, que me dejó agotado. Es increíble la capacidad que tienen estos pekeñajos de desconectar de todo, dormir, y volver a empezar como si nada. Impenitente persecutor de zapatillas, escobas, pelotas y todo aquello que se asemeje a cordón o goma. Ya tiene en su haber 3 peluches y una pelota, y va sumando.

También le gustan los marcos de las puertas, los zapatos y todo aquello que nos haga enfadar. Ya nos hemos hecho socios nuevamente del ¡NO! aunque de momento... Algún atisbo de obediencia sí hay. Claro, acaba de llegar y todo lleva su tiempo.

Corre, salta, embiste a las manos y te las agarra con esos afilados dientecitos de leche tan monos :-(

Un poco llorón también es cuando no se sale con la suya, y espero que se le pase pronto ese quejarse de nuestras riñas.

Pero da igual, nos tiene totalmente ganados.

Veremos cómo se nos da hoy el día.

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